Sporting, el emblema de barrio Sur

El 2 de octubre, el Sporting Basquetbol Club cumplirá nada menos que 84 años de vida. Hablar de esta institución es hablar de la historia misma del deporte de nuestra ciudad.

Alta Gracia Deportiva 14 de agosto de 2020 juan carlos juan carlos
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El 2 de octubre, el Sporting Basquetbol Club cumplirá nada menos que 84 años de vida. Hablar de esta institución es hablar de la historia misma del deporte de nuestra ciudad. Un club con riquísimo pasado, que también trabaja su presente y lucha por su futuro.

 Ya habrá espacio más adelante para hablar en mayor detalle de la historia del Club Sporting. Pero el aniversario nos parecía merecedor a comenzar esta nota haciendo historia. Y elegimos, precisamente, un diario que hizo historia en Alta Gracia, como lo fue La Voz Serrana, que en su edición del 16 de octubre de 1962 hacía referencia a los jóvenes 26 años de vida del club de barrio Sur.

ESCUDO SPORTING

En el texto, firmando por Llamal (de quien este periodista, desconocedor de mucha cosas no tiene referencias, y pide disculpas por ello) nombra a los hacedores del club. A aquellos que brillaron adentro de la cancha, pero también a quienes lo hicieron grande de pantalones largos, con obras y con gestión desde la Comisión Directiva. No debe llamar la atención cuando se hace mención a personas que fueron jugadores, referis y directivos del club. Sporting siempre tuvo ese ambiente de barrio entre sus paredes, donde se daba todo por el club y la mano dispuesta a ayudar estaba a la orden del día.

Porque para hablar de futuro hay que conocer el pasado. Porque para abrirse caminos hay que saber quiénes caminaron antes que uno. Por todo ello, este suplemento irá dedicado casi íntegramente a Sporting, su historia, su presente y sus nombres gloriosos.

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Sporting, del frac al overol

La historia de Sporting es muy rica en logros, títulos, nombres y trofeos. Símbolo del básquet de Alta Gracia durante décadas, señero en la historia local de las bochas, el club albiverde forma parte del acervo deportivo y cultural de nuestra ciudad. Luego de un pasado a pura gloria y de un período de incertidumbre y frustración, hoy su dirigencia puede decir que “refundó” el club y que el futuro, aunque duro, es promisorio.

Los inicios

Sporting nació, creció y se desarrolló en el viejo barrio Sur de nuestra ciudad. Club de barrio, club de inmigrantes, club de familia. Así de simple, como la vida misma de aquellas familias que le dieron vida un 2 de octubre de 1936. Entre aquellos que le dieron forma a la ilusión, estuvieron Pedro Moreschi, Ramón Díaz, Manolo Fernández, Guido Moreschi, Antonio Cano y Businari. 

Entre ellos, nombraron como primer Presidente a Michel Arab, que era cuñado de los Nazar. Un hombre de criterios amplios y gran corazón que comenzó a comandar los destinos de la nueva institución.

Perdida en algún cajón de la memoria quedó el por qué se eligieron los colores verde y blanco. De eso no hay registro ni siquiera en los recuerdos de los más veteranos socios del club.

“Desde su fundación fue un club muy del barrio, muy familiar. Se hacían bailes solo con invitación para no perder el espíritu familiar, por ejemplo”, cuenta hoy “Coco” Moreschi mientras muestra orgulloso la invitación que de manera personalizada le hicieron para los festejos de inauguración del club un 2 de diciembre de 1836… cuando él tenía tan solo 40 días de vida.

Con el correr de los años, muchos presidentes fueron jalonando la historia de Sporting: Ramón Díaz, Gerardo Llamal, Osvaldo Martínez, Lingua, por nombrar solo a algunos de los que hicieron grande al club.

Entraron juntos

“Las bochas y básquet han nacido juntos en Sporting. El club nació en los terrenos de la familia Moreschi. Don Amadeo Moreschi quiso hacer una cancha de bochas. Entonces su hijo con algunos amigos empezaron a limpiar el terreno, que eran unos tunales y pura piedra. A partir de allí, todo lo demás”, sigue relatando “Coco” Moreschi.

Entre los pioneros en el básquet del albiverde podemos nombrar a Ramón Moyano, Osvaldo Martínez, Amado Moreschi, el “Negro Choncaco”, Fernández y muchos otros que se escapan al recuerdo. Hasta el inolvidable goleador de fútbol “Pitique” Albella era habitué de Sporting. Su familia tenía una panadería a media cuadra e iba todas las tardes cuando no jugaba al futbol en un club cercano llamado 25 de Mayo. Como era del barrio, andaba siempre por el club. En 1943, el “langosta” Belzor Moyano y el “Gallego” Fernández formaron parte del Seleccionado de Alta Gracia Campeón Provincial.

Entre los bochófilos, los que abrieron el camino fueron gente como Esteban Piccininni, Ernesto Bardelli, Ricardo Vitali, Carlos Vitali, Rolando López, “Poroto” Romero, “Chiche” Donn, entre otros. También hubo mujeres que brillaron, como fue, por ejemplo Zulma Maldonado.

FOTO 3 INAUGURACION PARQUE INFANTIL-compressedAño 1943, el día de la inauguración del Parque Infantil. Pablo Moreschi (mascota), Angel Fernández, César Díaz, Osvaldo Martínez, Eduardo Godoy, Julio Diamante, Ramón Moyano, Atilio Cano, el Negro Choncaco, Amado Moreschi, Aldo Coppo y Victoriano Fernández (DT).

 El básquet, el gran motor

 Si bien las bochas también tuvieron su influencia, el gran motor de Sporting durante varias décadas fue el básquet. A aquellos pioneros que hemos nombrado antes su fueron sumando nombres como los de Hugo Moreschi, Rolando López, Aníbal Núñez, Eduardo Godoy, Osvaldo Martínez, César Díaz, Oscar Ramallo y Abel Sosa, que estuvieron en los ´40 y ´50.

Poco hubo que esperar para que el gran básquet de Sporting germinara y diera sus mejores frutos. Los últimos años de los ´50 y los inicios de los sesenta fueron dorados. Se formó el gran equipo de todos los tiempos. El que conservó, entre otros logros el récord de haber perdido solamente 3 partidos en más de 5 años de jugar a razón de cuatro encuentros por semana entre oficiales y amistosos, dentro y fuera de la ciudad. Tremendo. Fantástico.

Aquel enorme equipo de Sporting tenía como base a Humberto Turri, Pablo Moreschi, Ramón González, Marcelo Farías, Juan Carlos Núñez, Roberto González, Orlando Moreschi, Alberto González y Miguel Altamira, nombres todos que han quedado en el bronce del deporte local.

Ese equipo fue la base de la gran Selección de Alta Gracia que en 1962 consiguiera brillantemente el título de Campeón Provincial en Deán Funes.

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Seleccionado de Alta Gracia Campeón en Dean Funes. Alberto Broens (DT), Don Antonio Minicone (Presidente de la Asociación de Basquetbol), Ramón Virga, José Roldán,  Marcelo Farías, Raúl Fernández, Pablo Moreschi, José Heredia, “Tito” Badesso (masajista), Juan Carlos Núñez, Humberto Genaro, “Chulón” González, Orlando Moreschi,  Miguel Altamira, Roberto Gonzalez y el “cordobés” Sastre (ex boxeador y masajista)

Pero antes de ellos, hubo en Sporting un gran equipo que le dio lustre al nombre. El femenino, que entre otras cosas, luego de barrer con todos los rivales locales y de la zona, clasificaron para jugar la fase final de los Torneos Evita en Buenos Aires. Allí deslumbraron a propios y extraños logrando podio y trayendo premios y gloria para Sporting. Nombres como los de Laura López, Nélida “la Zurda” Dignani, Pina Garay, Laura Domínguez, Gloria Fernández, Eli Berzecio y Esther Mármol quedaron en la historia grande de Sporting y del deporte nacional.

Tanto que jugadoras como la Zurda Dignani, Gloria Fernández y Tití Mármol fueron convocadas para integrar la Selección Argentina que jugó un torneo internacional en Chile. La carrera de Dignani fue fantástica, brillando luego en lo más alto del básquet cordobés defendiendo la casaca de Alas Argentinas y de la selección provincial. 

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El club social

Como buen club de barrio, Sporting siempre fue ámbito social. “Originalmente en el club no se podía jugar por plata, estaba prohibido. Además, los menores no podían jugar. Se le daba un valor al poroto y se canjeaba en el bufet. El que perdía pagaba, y trabajaba el bufet. En las bochas, como eran todos grandes, había una orden que a la tarde, por cada cuatro personas grandes, tenían que llevar dos menores. Hasta las 8 de la noche, luego era todo para los mayores. Se jugaba por el porrón. Un día Don Juan Oviedo trajo los juegos de mesa al club. Se jugaba a las damas, a la generala, al ajedrez. También había un juego del sapo”, cuenta “Coco” Moreschi.

En el club se jugaba al básquet, a las bochas. En el club se vivía a diario. Los socios se casaban en sus salones. Así de familiar era la cosa. Pero además esa vida social se reflejaba en la actividad cultural.

Sporting tuvo la Peña “Martín Fierro”, obra del trabajo y el amor por el club de una mujer llamada Emma Roldán. Ella dirigía todo allí. El ballet de danzas nativas, el cuerpo de baile, el cuerpo de teatro, los cantores. Por ella pasaba la vida cultural y artística del club. Dejemos que la misma Emma nos cuente lo de aquel Pre Cosquín histórico: “El primer Pre Cosquín tuvo su primera fase en Alta Gracia. De aquí fuimos a competir a Marcos Juárez, con una delegación completa. La cantante era Dolly Olmedo (hija de Don Pedro Olmedo, guitarrista), actual esposa de Cacho Lingua, que tenía una voz privilegiada. El cantor masculino era Ormeño, con una gran voz. El conjunto de danzas éramos los que estábamos todos los días en el club: Angela Gómez, Elvira Gómez, Hilda Lavenia, Bety Oviedo y Ema Roldán. Los muchachos, Tito González, Raúl Giménez, Santos Lucas Gastón y los chicos más jóvenes. Fui a representar la pareja de danzas individual con Raúl Giménez. Fuimos al concurso y ganamos. El conjunto de voces era “Los 5 en el tiempo”, con Oviedo Zelaya, el chico Cantarini, el “Pucho” Sosa. Todos llegamos a las finales. Al final, la única que quedó fui yo, representando a Córdoba. Ganamos el Cosquín y nos premiaron con una participación representando a Argentina en el Festival Latinoamericano de Salta. Y todo nació en Sporting, en la peña Martín Fierro.”

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Emma Roldán y Alberto González, bailando y ganando el Pre Cosquín representando a Sporting.

Los clubes y su identidad

A mediados del siglo pasado, en Alta Gracia cada club se identificaba con su barrio y con las familias que les daban vida. Hablar, por ejemplo, de Vélez era hacer referencia a apellidos como Rugani, Fuentes, Vicente. En Central, Moll, Cólica o Perazzo; a Sportivo lo marcaban nombres como Carignani, Gastón, Güereschi o Bossi; Colón eran los Turri, los Heredia o Montenegro. En el caso de Sporting, familias como Moreschi, Cano, Fernández, Díaz…

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¿A qué viene todo esto? Sirve de pie para contar la particular historia de “Berto” Turri, el padre del querido Juan Turri.

Cuenta la leyenda que Manolo Fernández (directivo y jugador de Sporting) estaba casado con doña María Turri, y todos los Turri eran y debían ser de Colón. Aparentemente Manolo intervino en un crédito para la casa de Berto Turri, y los muchachos del club Sporting fueron a ayudarlo el día que la techó. Según relatan, en gratitud, Berto pasó a Sporting. Era como si Maradona pasaba de Boca a River. El lío familiar fue tremendo. Dicen los que estuvieron por esos días que no se hablaban entre ellos. Así era la rivalidad que marcaba la identidad de cada club por entonces.

El presente

Luego de haber vivido décadas de gloria, Sporting tuvo que sortear hace algún tiempo su partido más difícil. El que se juega en los estrados judiciales y en los escritorios oficiales. Por un conflicto con un vecino, el club tuvo que cerrar sus puertas más de un año y a punto estuvo de desaparecer.

El trabajo puntilloso, diario y con dedicación de un grupo de directivos como Henry Pincirolli, Juan Carlos Ledesma y Oscar Moreno, entre otros, logró lo que fue casi la “refundación” de la entidad de barrio Sur. Hoy, con el overol puesto, Sporting busca seguir creciendo para recuperar el brillo de otros tiempos, sin dejar de ser el club de barrio que le dio prestigio en la ciudad.

Anecdotario albiverde

Cuando hubo que ampliar la cancha de básquet por cuestiones reglamentarias, el club tuvo que alquilarle 5 metros de terreno al vecino del fondo. Luego esos terrenos se compraron allá por el año 1975. 

En el club había un hombre soltero (solterón dirían algunos). Era un tipo ya grande llamado Joaquín Tejeda. En la época del gran equipo de básquet (inicios de los 60) los jugadores juntaban dinero para que Tejeda apostara con los hinchas del otro equipo. Les daba 15 puntos de ventaja, sabiendo que jugaba el gran Marcelo Farías, o Raúl Fernández, que eran garantía de emboque. Iba a la tribuna y les jugaba por plata dando esa ventaja. Como siempre ganaba Sporting, la comida y la bebida después del partido terminaba saliendo gratis.

En el año 48 Sporting sorprendió siendo el primer equipo en utilizar ropa deportiva (buzos y pantalones) por encima de su indumentaria. Esos equipos, de raso y de color rojo oscuro, fueron comprados con el producto de un baile organizado y trabajado por los propios jugadores, que incluso hicieron de mozos en la fiesta.

Luego de la gran participación del equipo femenino en los torneos Evita, de Bienestar Social de la Nación entregaron al club un vale por un automóvil 0KM importado. Ese bono se vendió en 165 mil pesos a Don Esteban Tomás Barraza, un hacendado que tenía campo y caballos de carrera. Con ese dinero, se derribaron las paredes originales y se construyó la actual estructura que tiene el club.

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El día que Sporting estrenó equipo deportivo de raso rojo: Ramón Díaz, Hugo Moreschi, Ramón Moyano, Rolando López, Aníbal Núñez, Eduardo Godoy, Angel Fernández, Osvaldo Martínez, César Díaz, Oscar Ramallo y Abel Sosa.

 

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