Hasta siempre, querido José Schaffer

La noticia impactó, dolió. Fue un golpe al corazón de todos quienes hemos conocido a José Schaffer. No venía bien, el amigo, es cierto. Pero uno nunca espera dar ni recibir la noticia.

Como suele decirse, habrá que recordarlo a través de toda su obra a lo largo de tantos años. Porque José fue un inquieto, un hombre culto, de buen gusto, de excelente trato y que siempre estuvo entreverado en emprendimientos culturales de gran nivel.

José no era actor profesional, pero se subió a las tablas para hacer teatro en tiempos en que Alta Gracia tenía un elenco que la representaba en toda la provincia. José no fue músico, pero fue el gestor de recordadas noches de peña por donde desfilaron los nombres más importantes del escenario folclórico de los años sesenta y setenta.

José no era empresario, pero fue el gestor de los primeros grandes Maxicorsos que se organizaron en la ciudad, reuniendo miles de personas y espectáculos de primera nivel.

José Schaffer no fue deportista, pero su trabajo lo llevó a entreverarse con deportistas de primer nivel internacional, como ocurrió en el Panamericano de Paracaidismo.

José Schaffer se fue de gira eterna al cielo llevándose consigo un millón de historias, muchísimas anécdotas y un sinfín de amigos y muchos, muchísimos conocidos. Fue el sonidista por excelencia durante dos o tres décadas. Espectáculo que llegaba a Alta Gracia, espectáculo que contaba con sus servicios profesionales. Eso le permitió trabar amistad con artistas y personalidades de todo tipo y calibre.

José tenía 86 años. Nos dejó un fin de semana gris, en el que hasta el cielo se puso a lagrimear por su partida. Pero es nuestra misión recordarlo como siempre se mostró: con la sonrisa franca, el chiste a flor de labios y las ganas de compartir sus historias y anécdotas.