SOY RODOLFO, CON "R" DE RIVER

En el día Día del Hincha de River, recordamos la charla que mantuvimos con el recordado y querido Rodolfo Talamonti. Fue, entre otras cosas, uno de los mejores amigos de Angel Amadeo Labruna.

Alta Gracia Deportiva 28 de septiembre de 2020 juan carlos juan carlos
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Millonario hasta los huesos, amigo entrañable de Angel Labruna, referente histórico del club de Núñez y ex jugador de “nuestro” River de barrio Gallegos. Rodolfo Talamonti nos cuenta su historia.

River ha sido una constante en tu vida, el de acá, el de Buenos Aires…

River siempre estuvo ligado a mi vida. Vivía en Villa Urquiza, a los 14 años iba al colegio a la mañana, comía y me iba a la cancha en el tranvía 35, que me dejaba cerca.

Iba a ver los entrenamientos y me fui haciendo amigo de todos los jugadores. Entraba a la cancha mientras entrenaban. Estaban Moreno, Pedernera, Loustau, Pipo Rossi, Amadeo Carrizo… y del que más amigo me hice fue de Angel Labruna, que vivía a pocas cuadras de la cancha, cuando terminaba el entrenamiento, nos íbamos caminando los dos, él a su casa y yo a tomar el tranvía.

O sea, tu amistad con Amadeo fue de toda la vida…

Si, nos unió una amistad de muchísimos años. Desde aquellos días de los entrenamientos hasta que falleció.

De eso ya vamos a hablar, pero, ¿Cómo entra Alta Gracia en tu vida? 

En el año 51, mis padres instalaron un almacén en Uruguay y Prudencio Bustos. Y ya que estaba, empecé a jugar al fútbol acá. Primero jugué en Sportivo, donde fui arquero suplente de Parejo que había venido de 9 de Julio de Córdoba y que luego Sportivo lo vendió a Atlanta junto a Belotti.

Jugué dos partidos en el ascenso de la Liga. En el 51 Sportivo formaba con Parejo; Pimpollo Martín y Sequeira; Rizio, Canelo y Quiroga; Olazar, Belotti, Carballo, Cid y Adasse. Estuve un par de años más en Sportivo y me fui de nuevo a Buenos Aires, hasta la época de la revolución de 1955. Me dijeron que estaban bombardeando Alta Gracia, me preocupé y volví a ver a mis viejos y ya me quedé hasta el 63 más o menos.

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Rodolfo en River de nuestra ciudad, junto a Quique Fraga y a Chiquito Jaime.

Acá es cuando tu historia se relaciona con River de Alta Gracia.

Claro, en el equipo de “Pepe” Fuentes.

¿Cómo era Pepe?

Era un hinchapelotas bárbaro que era el alma del club, él ERA el club ni más ni menos. Los Fuentes eran River. En el buzón del almacén de Manuel (Mansilla y Franchini) nos juntábamos para ir a la cancha, en la casa de Pepe se hacían las reuniones del club. Era todo.

¿Con quiénes jugaste en River?

Iba yo al arco, jugaban Paco Gallardo y Chiquito Jaime; Quique Fraga, Roberto Rodríguez y Juan Arana; el gordo Ramos, el chueco Sarmiento, Moío, Rosales y el paraguayo “Cabeza e fierro”. Con ese equipo salimos campeones e hicimos historia en Alta Gracia. Racing de Avellaneda había puesto una Copa para disputar acá, la jugamos Palermo, Sportivo, River y Colón.

En el primer partido le ganamos a Sportivo 1 a 0; ese día le atajé un penal al zurdo Barrera. La final la jugamos con Palermo. A los diez minutos, vino una pelota larga, que parecía fácil pero se me escapó y di rebote. Andaba cerca Iervasi y me hizo el gol. Cinco minutos después cabecea el “Plancha” Roldán y se me escapa de nuevo y pega en el palo. ¡No sabés como se puso Pepe! Lo mandó a Carlitos (uno de sus hijos) a decirme que me tirara al suelo y me hiciera el lesionado porque me había vendido (risas)… terminamos ganando el partido 5 a 1. Era un equipazo aquel de River.

River, radical…

Radical y de River toda la vida. Los colores rojo y blanco me pueden. Soy Rodolfo con “R” de River y de Radicalismo.

Rodolfo Talamonti continúa contando su historia, ahora ya de largo…

En el 70, Labruna era técnico del River que perdió el campeonato por un gol de diferencia con Independiente. En el 71 Labruna agarró Argentinos Juniors. Yo iba a ver los entrenamientos y cuando terminaban, charlábamos un rato con Angel. Un día fui a ver Huracán con Atlanta. El martes cuando fui al entrenamiento le comento lo que vi del partido porque Huracán era el próximo rival de Argentinos. Total que Argentinos le ganó a Huracán 3 a 0. Cuando salíamos de la cancha para el hipódromo, Angel me dice “la verdad es que viste bien las cosas, me gustó”. A los dos meses, faltando poco para el final de campeonato, me pidió que lo siguiera con el auto. Fuimos hasta la zona del Abasto. Se reunió con Vesco, presidente de Rosario Central, que lo quería llevar. Labruna ganaba 250 mil pesos en Argentinos. Central quería ganar el Nacional y arreglaron 1 millón de pesos por mes. Para Torrecillas 500 mil y 250 mil para mí.

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Junto a Angel Labruna, fue el primer Ayudante de Campo del fútbol argentino.

¿En condición de qué?

Labruna conmigo inauguró lo que son ahora los ayudantes de campo. Me fui a Rosario con él. Salimos Campeones del Nacional ganándole la final a San Lorenzo con goles de Gramajo y Colman. Fue el campeonato que en semifinales en cancha de Newells, hace el famoso gol de palomita Aldo Pedro Poy. El equipo base era con Munutti, Pascuttini y el colorado Killer; González, Landucci y Fanessi; Bóveda, Bustos o Aimar, Poy, Colman y Gramajo. En el 72 vino la Milonguita Heredia, cuando a mitad de año los dirigentes nos dijeron que ya lo habían vendido en 50 millones de pesos. “¿Lo vendieron?, bueno, me voy”, dijo Labruna. Y nos fuimos. En el 73 fuimos a Chacarita. Más tarde Labruna estuvo en Racing, pero no fui. Mi destino estuvo en Chile.

¿En Chile?

De Magallanes piden que recomiende dos jugadores y se llevan a Berrio de Vélez y a Gonzalito, de Independiente. Viajé a Chile para cobrar la transferencia y fui al entrenamiento. Había llovido y había barro por donde miraras. Así y todo hacían correr a los jugadores como veinte vueltas a la cancha. Al otro día el presidente de Magallanes me invita a ir a la cancha. Jugaban contra Santiago Morning. Primer tiempo, ganan 1 a 0 y le digo al presidente: “no se haga ilusiones de este partido que en el segundo tiempo le hacen 4 o 5 goles, eh”. Ganó Santiago Morning 5 a 1.

A la semana jugaban otro partido que iban perdiendo el primer tiempo 1 a 0 y le mandé decir al técnico que lo pusiera a Berrio de “cinco”. Lo puso y dio vuelta el partido ganando 2 a 1.  Ahí nomás me contrataron de Secretario Técnico por mil dólares, casa y comida, cuatro veces más de lo que podía cobrar con Labruna en Talleres. O sea, en el 74 trabajé allá.  Hicimos una muy buena campaña.

Pero volviste con Labruna…

Me volví a Buenos Aires en 1975 cuando Labruna volvió a agarrar River. Sin contrato, porque no querían hacérmelo. Me bancaba Labruna. En el 76, como seguía igual, me volví a Chile de nuevo. En el 77 me vuelvo a Buenos Aires y ahí sí, arreglo con Aragón Cabrera. Desde ahí estuve en River. Me jubilé de River. Estuve 23 años en el club.

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Rodolfo Talamonti junto al Pato Fillol, trabajando para River Plate.

De presidente estaba Aragón Cabrera, ¿qué tal?

Aragón Cabrera era un fenómeno. Tuvo la desgracia de tener la presión del Almirante Lacoste, hincha de River y crítico de Labruna. Calentaba la cabeza de todos los que estaban en el palco, que se lo decían a Labruna. Este lo mandaba a la mierda y Lacoste se enteraba de todo. Como estaba en el medio una negociación por los predios entre el Estado y River, el Almirante puso como condición que se fuera Angel. Así fue como lo echaron y asumió Distéfano. Me ofrecieron ser ayudante de campo y Labruna de manager. Fue cuando volvimos a Talleres.

Donde armaron un muy buen equipo…

En Talleres en el 82 armamos un equipazo: Quiroga; Galván y Pavón; Ocaño, Coudannes y Oviedo: Pedro González, Jota Jota, Morete, Valencia y Guerini. Perdimos la semifinal con Ferro.

¿Cómo definirías a Labruna?

Era un fenómeno. Con un carisma tremendo y una capacidad extraordinaria para ver jugadores. El llevó a River a Comelles, a Artico, a Pedro González del Sport Boys de Lima con 27 años… En el 75 a River le hacía falta un número “dos” y esperó hasta que le ofrecieron a uno que realmente le gustaba: Perfumo. El se jugó por traerlo a Luque del Unión de Santa Fe del Toto Lorenzo. Tenía 27 años y resultó siendo un fenómeno. Labruna tenía un carisma que hacía que todos los jugadores lo quisieran mucho.

¿Te animás a decir quién fue el mejor jugador que viste?

El mejor jugador que vi fue Jota Jota López. Era un técnico adentro de la cancha. Manejaba los tiempos del equipo y del partido. Además, un tipo bárbaro.

¿Y de los que viste acá en Alta Gracia?

Paco Gallardo; hubiera jugado en la Primera de Boca, de River o Independiente si hubiera querido. Era un “dos” extraordinario, un fenómeno. Tenía una calidad y una solidez espectacular.

Anécdotas futboleras

“Una vez llevé a probarse a River unos chicos. Estaba haciendo fútbol la Séptima, donde jugaba la “Gata” Fernández, que era la figura de inferiores del club. Me puse a mirar la práctica y cuando terminó, pregunté cómo se llamaba el “nueve” y lo anoté: “Cavenaghi”. Y dije que ese iba a llegar a Primera antes que la Gata. Y así fue.”

“Cuanto tenía unos 15 años me fui a probar a River, soñaba con poder jugar ahí. El técnico de los juveniles era Carlitos Peucelle. Me probé de arquero, pero la pelota no me llegaba nunca, no podía demostrar nada. Fui como tres o cuatro veces y me seguían citando. Entonces hablé con el técnico y le dije “Mire señor, juego de arquero pero la pelota no me llega nunca al arco”. Me dio la razón y me pidió que lo esperara un ratito. Luego me llevó hasta un arco y me empezó a patear él mismo. Fueron como diez minutos, luego me habló y seriamente me dijo: “le voy a dar un consejo, siga estudiando”.

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Con Rodolfo se podría haber conversado todo el día. Hasta sus últimos días, siguió viendo fútbol a diario “se corre mucho, hay mucha marca, se pega demasiado”, decía. Pero igual hasta último momento siguió amando a éste, el deporte más hermoso del mundo y que fue la razón de ser toda su vida.

Rodolfo Talamonti falleció hace poco más de un año: el 21 de mayo de 2019,  cuando tenía 87 años. Desde entonces, sigue viendo fútbol con el "Feo" Labruna, asomándose detrás de alguna nube. Y entre pucho y pucho, seguro que le juegan unos boletos a las patas de algún pura sangre.

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