BASQUET CON AROMA DE MUJER

Una nota homenaje a Nélida, la "Zurda" Dignani.

Alta Gracia Deportiva 14 de septiembre de 2021 juan carlos juan carlos
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(Importante: esta nota fue realizada durante el año 2014 y fue publicada en "Alta Gracia Deportiva" en julio de ese año)

En las manos de este periodista cayó casi por casualidad, buscando otros datos, otras historias, una foto en blanco y negro de un grupo de jugadoras de básquet. La ropa, la forma de posar, hasta los peinados remitían dicha fotografía a los años 50. “Este fue un equipo excepcional”, me dijo Carlos Cantú enarbolando orgullosamente la foto de un grupo de pibas deportistas.

Fue el inicio de la búsqueda de una historia que comenzó intentando conocer pormenores de un equipo y que derivó siendo en la entrevista con quien fue sin lugar a dudas la más grande basquetbolista que dio Alta Gracia y la provincia de Córdoba: Nélida Dignani. La “Zurda” Dignani.

Tal vez la casualidad. Quizás porque una cosa lleva a la otra, lo cierto que es la vida de Nélida Dignani estuvo siempre relacionada con el deporte. Por sí misma y por quienes la rodearon y rodean. Decir que su apellido de casada incluye el “de Cantarini” nos da una idea.

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Pero vayamos a su historia. A la vida de deportista de esta mujer que hoy vive su madurez con el físico de quien ha sido atleta toda su vida y lleva orgullosa su pasado prendido al pecho como un broche de diamante.

Nélida Dignani comenzó a jugar al básquet cuando tenía apenas 12 años. A diferencia de otras historias de deportistas, no llegó a la cancha de la mano de su padre ni de su madre. Solita enfiló para las instalaciones de Sporting, allá en el barrio Sur. La cancha estaba cerquita de su casa y era su patio de juegos, lugar donde decidió cambiar las muñecas por una pelota y empezar a transitar su rica historia deportiva.

“Mi papá no quería saber nada. En realidad, al principio ni siquiera sabía que yo iba a jugar al básquet. Le decía que me iba a jugar con mis amigas, con las chicas de la escuela. Eran tiempos en los que no había tantas libertades para los chicos y mucho menos para las chicas”.

Allá en Sporting, compartía horas de cancha y juego con amigas y con los varones que por entonces arrancaban en eso de tirar al aro. Entre ellos, Fernández, Núñez, el “Chulón” González y, por supuesto, Marcelo Farías.

No era fácil por entonces para una chica adolescente abrirse paso en el deporte, generalmente puesto a disposición para los hombres y dotado de una alta dosis de machismo. 

“Además, la forma de pensar de esa época era muy distinta a la de ahora. Por entonces la idea era que la mujer tenía que estar en la casa, y había que enseñarle de chiquita que debía aprender a cocinar y a coser para el día de mañana ser una buena ama de casa y una buena esposa. Por eso, lo de jugar al básquet era algo que no entraba en los parámetros sociales de la época y costaba hacerlo entender en casa”.

Pero las ganas y la pasión por el deporte pudieron más. Poco a poco, en la casa de la familia Dignani tuvieron que ir admitiendo que la nena era más independiente de lo que quisieran, que estaba dispuesta a hacer su vida y a jugar al deporte que la apasionaba. Sporting siempre tuvo buen básquet. Y en esta generación habría que encontrar la raíz de su historia.

Los frutos no demoraron en madurar. Aquellas chiquillas que se escapaban de sus casas para “tirar al aro” terminaron formando un equipo. Un gran equipo que comenzó a ganar todo lo que jugaba. Y que era el comentario de todos.

BASQUET FEMENINO SPORTING

Equipo de Sporting que representó a Córdoba a nivel nacional en los Juegos Evita. Arriba: Laura López (7), Nélida Dignani (6) y entrenadores y acompañantes de delegación. Abajo: Pina Garay (8), Laura Domínguez (3), Gloria Fernández (10), Berzecio (5) y Esther Mármol (9).

Un equipo que representó a Alta Gracia en los Juegos Deportivos Evita y que en la fase provincial se coronó Campeón, ganando la posibilidad de representar a nuestra provincia en la final nacional.

“Fue en el año 1953. Eramos todas chicas de entre 13 y 15 años. Recuerdo que fuimos a jugar a Córdoba. Las chicas de todas las delegaciones parábamos en el Pablo Pizzurno y la final se la ganamos a Deportivo Central Córdoba. Fue algo sensacional el saber que íbamos a viajar nada menos que a Buenos Aires para jugar al básquet en nombre de Córdoba”.

El viaje fue, como debían ser los viajes de jóvenes y adolescentes en aquellos tiempos: en los primeros asientos del vagón del tren, las señoritas. En los asientos intermedios, los profesores y entrenadores. En los asientos de atrás, los varones. Porque no era cuestión que hubiera malos entendidos en el viaje…

“Siii… y además, allá en Buenos Aires, bien lejos unos de otros. Mientras las delegaciones de varones concentraban en la cancha de Huracán, nosotras estábamos alojadas en un complejo ubicado pasando el Autódromo”.

En Buenos Aires se celebraba la etapa nacional de los Juegos Deportivo Evita. Y con toda la pompa, se presentaban las delegaciones en la cancha de River, ante la presencia del General Perón en el palco de honor.

“Tengo muy presente ese desfile de inicio del campeonato. Todas las provincias representadas y a Perón presidiendo la fiesta con las tribunas colmadas. Fue un momento muy emotivo. Igual me sucedió cuando el propio Perón nos recibió en la Quinta de Olivos para un copetín y nos saludó personalmente. Fueron momentos muy fuertes desde lo emocional”.

La cuestión fue que aquella delegación de Alta Gracia que representaba a Córdoba tan sólo perdió un partido allá en cancha de River y logró un meritorio y valiosísimo tercer puesto a nivel nacional. Además del reconocimiento presidencial y los honores que se les brindaron, las chicas ganaron un automóvil 0KM, que significó para Sporting la posibilidad de venderlo y construir buena parte de las instalaciones que hoy le conocemos.

“Fue un capítulo muy lindo en mi vida, que me abrió puertas para lo que vendría después. El pase a Córdoba, mi etapa e Alas Argentinas y todo lo que fue llegando”.

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Así se presentaban en cancha las chicas de Córdoba en los Nacionales Evita.

Es que la vida deportiva de Nélida Dignani (ya era “la zurda” Dignani para todos) comenzaría su etapa más gloriosa en la ciudad de Córdoba, defendiendo los colores de Alas Argentinas, poderosísimo club en básquet femenino. En el equipo aviador, Nélida jugó desde 1955 hasta que la década del sesenta se fue despidiendo.

“A duras penas me dieron permiso en casa para ir a jugar a Alas. Sólo porque mi tío Jesús estaba en la Comisión Directiva. Pero ojo. Me dejaron porque pusieron a mi disposición un remis que me llevaba y me traía a casa, sólo por eso.” 

Allí se recibió de ídolo. De jugadora ilustre. De referente. Pero también de esposa, de madre…

“Me casé en el 58 y mi esposo siempre me apoyó en esto del deporte y eso fue fundamental. Tuve a Fernando, mi primer hijo y me convencieron que volviera a jugar. Con el nene de sólo 6 meses, volví. Recuerdo que en los partidos me quedaba sola en el vestuario dándole el pecho antes de entrar a la cancha. Fue una etapa maravillosa”.

La realidad y las estadísticas marcan que la “zurda” Dignani fue una jugadora extraordinaria. Dueña de un goleo impresionante que las crónicas periodísticas de la época no se cansaban de remarcar.

Con la camiseta de Alas Argentinas jugó y ganó todo. Fue figura y goleadora. Jugó hasta cuando quiso jugar y sigue siendo recordada por propios y extraños como la mejor de todas.

ALAS ARGENTINAS

Alas Argentinas Campeón. Arriba: Carmen Loturco, Medrano, Teresa Maldonado, Margarita Armesto y Estela Bracciavento. Abajo: “la Zurda” Dignani, Beatríz Loturco, Lidia Barreto y Cristina Campos. Las chicas parecían recién salidas de la peluquería.

Hoy, Nélida Dignani es una amable ama de casa (como hubiera querido su padre), con hijos, nietos y un montón de amigos, y con una historia deportiva única y grandiosa que enorgullece a Alta Gracia. Para algunos, los que la conocen de hace mucho, sigue siendo “la zurda”. Cuando alguien la llama por su apodo ella, interiormente, siente que vuelve a salir a la cancha a hacer lo que más le gustó hacer en la vida: jugar al básquet.

Nota: Nélida Dignani falleció el 13 de setiembre de 2021, a la edad de 81 años.

 

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