Hace unos días me encontré casi de casualidad con un amigo de otros tiempos (y de siempre, porque los amigos son de siempre) y me dijo: “escribite algo de los asaltos”.
De la mora al Matadero
Recuerdo de aquella infancia
del camino hacia la escuela
de la Hipólito Yrigoyen
los niños de escarapela.
El Puente Negro y las vías
muy cerca a las campanitas
arroyo arriba me fui
pescando a las bateítas.
El coche motor se fue
arrastrando los vagones
los hornos fueron cenizas
quemando mil ilusiones.
De la mora al Matadero
cuántas leyendas palpitan
del barrio de Villa Oviedo
los bailes de La Patricia.
Los obreros ferroviarios
pasaban de mañanita
pa´las canteras del Cerro
de explosión de dinamita.
El clásico de Villa Oviedo
se mantendrá en la memoria
de Banfield y Ferroviario
lindos domingos de gloria.
La pista La Primavera
fue historia de aquellos tiempos
y en el Puente Colorado
perdurarán los recuerdos.
Resulta imposible desligar la vida de Angel Feliú a lo que fuera el club y bar La Patricia.
Las muñecas de Alta Gracia que almorzaron con Mirtha
Alta Gracia tuvo industrias cuyos productos recorrieron el país y el mundo. Injusto sería no mencionar la fábrica de muñecas que perteneció a la familia Dufrechou.
Sin dudas, una de las más exquisitas tradiciones gastronómicas de Alta Gracia.
Oscar desde chico cargó con un sobrenombre que le quedó para siempre. El "Chancleta" se hizo conocido a fuerza de jugar al fútbol y se convirtió en ídolo a puro gol.