
La “Yaya” Montamat y el Conservatorio Williams: pasión por la música
Su nombre fue Yolanda Viel de Montamat. Pero todos la conocían por “Yaya”.


En Cosas Nuestras, el 4 de agosto Día del Panadero, recogimos los escritos de Daniel Siandro, panadero de alma y oficio que eligió las redes sociales para contar su historia. Nosotros no hicimos más que darles forma...
Cosas Nuestras16 de enero de 2021
juan carlos
En COSAS NUESTRAS solemos ir al encuentro de las notas; a la búsqueda de las personas o los personajes cuyos relatos o historias de vida consideramos que pueden ser interesantes contar.
Esta vez, la flecha fue en la dirección inversa. La persona fue quien escribió su propia historia de vida. La publicó en sus redes sociales y nosotros –ni lerdos ni perezosos- le pedimos permiso para “levantarla” y publicarla.
En el Día de los Panaderos, esta es la historia de vida y de pasión por una profesión, escrita de puño y letra por Daniel Siando (que de él se trata, en definitiva). Una historia de trabajo, de sacrificio, y también de amor por la profesión que abrazó toda su vida.
Los invitamos a compartirla…
Mis hermanos trabajaban en “La Criollita”, cuando estaba por calle Mateo Beres. Ahora ese lugar al igual que la panadería La Europea es todo depósito y estacionamiento del Supermercado Becerra.
Fue allí donde yo empecé. Todo era mucho más lerdo que ahora, las tiras de pan salían por la máquina de un bollito y había que armarlas a mano y dárselas al que las estibaba en las cajas. Y se horneaba a pala y horno a leña... a la noche empecé con el maestro Marcelo Demichelis . Después con el “afrechillo” López, y hasta con el “Coco” Castelli. Y si… tengo que nombrar mis otros compañeritos, claro.
Estaban el “Gordo” Pedernera, Marcelo Merlo, Guillermo Medina, el “Negro” Víctor Charras, “Pichi” Zárate, el “Chapulín” charras, Benavídez, Fonseca y varios más.

Después llegó el tiempo del servicio militar y cuando salí ya comencé en “La Europea”. Eran tiempos en que todos los panaderos éramos unidos y nos juntábamos en los Salesianos, donde pasábamos momentos hermosos. Uno de los que siempre luchaba por esa unidad era el Eufelio Reyna.
Diez años estuve allí, en La Europea…
Fue desde principio de 1981 que entré a trabajar en La Europea para nunca más dejar éste oficio de panadero y de Maestro y Ayudante de pala. De La Europea tengo momentos hermosos vividos, junto a gente que no es fácil de olvidar..
A la noche estaba con el Maestro Murúa; después se jubiló y empezó a trabajar de Maestro de Pala Giménez, que era de Casa de Alto. Pero tenía problemas en llegar y ahí era cuando Don Juan Martínez tenía que levantarse a hornear...
Fue entonces cuando me enseñaron a agarrar las palas para hornear. En el momento en que se fue Giménez, ya quedé como yo como Maestro de Pala.
No sé si me voy a acordar de todos los que trabajaron conmigo, que fueron muchos a lo largo de los años. Los que recuerdo son Pepe, Juan y Manolo Martínez (mis patrones), ayudando en el negocio José Núñez... Marcelo y Sergio Arana eran chicos que cuando llegaban las vacaciones el padre los mandaba a trabajar en la panaderìa y hoy los ve y no lo puedo creer. Uno es abogado y el otro en Epec…

En la cuadra, un montón: José Beas, Bambino, Hugo Sposari, Zapata... los hermanos Chávez, el Quico Miranda, Don Luna, Marcelo llanos… los chicos que hacían alfajores cordobeses. Waldino Ratti, Juan Alberto Martínez, Rogelio Cuello...¡qué se yo! muchos más.
Recuerdo que teníamos nuestras cosas, cuando llegaban chicos nuevos. Todo broma sana, por supuesto. Los mandábamos a buscar la llave del horno a otras panaderías y de allá los mandaban con cosas muy pesadas como piedras, fierros u otras cosas raras (jajajaja a mí éso no me gustaba)
En el año 1990 se vendió la panadería a Becerra y fui junto con Waldino, la Ceci y Don Juan Martínez a La Pequeña Europea, allí en la calle Concordia; donde después estuvo una gente de Arroyito con familiares de San Francisco. Allí también conocí amigos que hasta hoy los tengo. Como Marcelo Dobler y su familia, Don Choly y su esposa, la hermana de Marcelo, María Isabel...y la familia Gallese. Con Marcelo tenemos tantas cosas para contar... pero serían muchas páginas…
Más tarde fui a trabajar con Luis María Martínez, en la calle Liniers. Allí también trabajé con Víctor Merlo, con Hugo...y otros changos más. Así, hasta que Hasta que a fines del 92 me fue a buscar Cacho Lingua a mi casa. Me fui con él y allí estuve hasta que me jubilé. Fueron algo así como casi 28 años en “La Merced”.
Fue a fines de 1992 que entré a trabajar a “La Merced”. Cacho necesitaba alguien a la noche y Zapata le habló de mí... y sin pensarlo entré a trabajar. Justo en ese tiempo tuve una entrevista con Miguel Becerra para entrar a la panadería del súper y hasta su Encargado, Moreschi fue a mi casa con el legajo. Yo le dije que no, que me quedaba con Cacho.

Entré de noche junto a Roberto Peralta, y en un tiempo me quedaba a la mañana....y bueno allí conocí gente hermosa como “Botín” Ferreyra y el “Caretita” Quinteros que ya no están en vida. También a Gustavo y Magolla Ferreyra, Héctor cuello y su hijo “Petete”...petete. José Olaciregui, el Tony y Leo Ferreiro, Don Carlos, Matías Oviedo y su hermano. Matías Uribe, Matías Siandro, Cabral, Leo López, Pichi, Ariel, César... y a la noche pasaron varios más como los hermanos Rosales. En tantos años, un montón de gente que pido perdón si no me acuerdo ahora.
Y bueno, también las niñas de la panadería como Norma, Marta, Luisina, Sol Georgina, Flor, Sandra, Araceli, Andrea y alguna más que estuvo en esos casi 28 años en La Merced.

En este 4 de agosto, Día del Panadero, a todos quiero desearles un bendecido día.
Y un saludo al cielo para los que no están.... Marcelo Demichelis... “Poroto” Murúa...Don Luna... “Nichi” Aldet, “Quilincho” Cuello, Rogelio Cuello.. “Botín” Ferreyra, “Caretita” Quinteros y tantos más que dejaron su vida en esta noble profesión de PANADERO.

Su nombre fue Yolanda Viel de Montamat. Pero todos la conocían por “Yaya”.

La estación de las flores, el amor y la juventud siempre fue bien recibida en Alta Gracia.

El apellido Zorn vincula a Victoria directamente con Villa Oviedo. Barrio con identidad si los hay, en Alta Gracia. Y mucho de eso tiene que ver con sus orígenes laburantes que lo forjó en una barriada que a fuerza de manos callosas fue erigiéndose al sur de la ciudad.

Contarles a quienes no lo conocieron, quién fue Hugo Barrera es entrar en un territorio casi mágico, surrealista al menos.

Nota en homenaje al querido "Chochó" Gómez, que hace unos días habría cumplido años. Una comparsa que hizo historia en Alta Gracia.

La fecha exacta quedó en el baúl de los recuerdos de una ciudad que suele perder la memoria de vez en cuando, y que necesita de unas ayuditas para recuperarla. ¡Y en eso estamos!

Galería de ídolos. Recordamos a uno de los grandes del mejor tiempo de Sportivo Alta Gracia. El "Babita" dejó una marca indeleble en la memoria de los hinchas del fútbol de nuestra ciudad.

Su nombre fue Yolanda Viel de Montamat. Pero todos la conocían por “Yaya”.

Quienes contamos ya unos cuantos años tenemos vivo el recuerdo de cuando "se sorteaba" quién hacía la colimba y quién se salvaba.

Entre las memorias gastronómicas más queridas de Alta Gracia figura, sin ningún lugar a dudas, la recordada y añorada lomitería “Chapucha”.

Febrero y sus encantos estivales. El verano de Paravachasca trajo visitantes ilustres a nuestras tierras cuando nacían los años sesenta.