Murió José Windauer, "El nombre del gol"

A los 89 años, falleció el "alemán" José Windauer. Símbolo del viejo Sportivo Alta Gracia durante los años 50 y 60 convirtió más de 200 goles oficiales en Liga Cordobesa de Fútbol.

Alta Gracia Deportiva 30 de julio de 2023 juan carlos juan carlos
windauer de cabeza, gol

A los 89 años, falleció el "alemán" José Windauer. Símbolo del viejo Sportivo Alta Gracia durante los años 50 y 60 convirtió más de 200 goles oficiales en Liga Cordobesa de Fútbol. 

Por ello, traemos a la memoria de nuestros lectores la nota publicada en el primer número de "Alta Gracia Deportiva", allá por febrero de 2014, donde le hicimos un reportaje sobre su vida y su carrera de futbolista. Vamos con la nota...

José no nació en Alta Gracia, pero adoptó al Valle de Paravachasca como su casa natal. Como aquella que lo cobijó en los complicados rincones de Valentín Alsina. De abuelo alemán, padre yugoslavo y madre rumana, llegó a nuestros pagos a los 16 años. Ya antes, bien de pibe, en los potreros del Gran Buenos Aires, ese rubiecito de buen físico a quien apodaban “Sarlanga” en homenaje al gran goleador xeneize salía a la cancha luciendo una boina blanca, imitando al gran Severino Varela, otro ídolo boquense.

En una zona de villas miseria nativas, los inmigrantes que llegaban huyendo de los resabios de la guerra del 18, se agrupaban para tejer sueños, apoyarse unos a otros y, de paso, para hacer deportes. A pocas cuadras del Puente de la Noria y el Riachuelo, las canchas florecían a uno y otro lado de las calles.

Semillero inagotable, ese fútbol de potrero fue su cuna a la hora de gritar los primeros goles. Allí, en los arrabales de la ciudad, se fundó en 1933 el Club Germania donde se practicaba todo tipo de disciplinas.

“Yo allí practicaba gimnasia, hice argollas, paralelas, mi viejo era profesor de gimnasia y hasta hice pesas. Mucho de lo que luego fui jugando al fútbol se debió a la base que traía de la práctica de la gimnasia”.

 Eximio anotador de goles de cabeza, Windauer cuenta que “de pibe jugábamos mucho a las cabecitas. Uno contra uno, dos contra dos. Fueron juegos que con el tiempo me fueron haciendo un gran cabeceador. Me levantaba 70 centímetros al saltar. Algunos me dijeron que me sostenía en el aire al saltar”

Llegó a Alta Gracia en el año 50. Acá había campeonatos relámpago que comenzaron a verlo jugar. Si bien estaba la Liga Departamental Santa María, el reglamento le indicaba que sólo podía jugar en el equipo local un solo partido en el año, ya que integraba el plantel de Sportivo en el ascenso de la Liga Cordobesa. Pero vayamos poco a poco.

“Llegué a los 16 años a La Bolsa  jugaba campeonatos relámpago todos los domingos. Me cansaba de hacer goles. Cabeceaba, saltaba en el aire cruzando los pies para darle más impulso al cuerpo. En uno de esos campeonatos, estaba Don Angel Díaz con la propaladora. El era dirigente de Sportivo en ese tiempo y me invitó a probarme en el club. El Maestro Bútori era el técnico. Yo quería llegar y me esforcé en ello. El primer día me hicieron jugar media hora, me llamaron que fuera de nuevo y empecé a jugar 3 o 4 partidos en Reserva haciendo goles todos los partidos”.

windauer de cabeza, gol

Llegó el momento de pisar Primera, y así lo cuenta el propio Windauer: “debuté en un amistoso contra Las Palmas. Perdimos 4 a 3. Hice dos goles y sobre la hora estrellé un tiro en el travesaño. Me fui de la cancha enojado y con bronca; en el vestuario el Maestro me preguntó: ¿Qué le pasa, pibe? Si cada vez que le toca jugar juega como hoy, quédese tranquilo. A partir de ahí, quedé de titular”. 

No le cuesta nada repasar mentalmente la primera formación de Sportivo en la que estuvo presente en el primer equipo: Albarracín; Morcillo y Escudero; Ricio, Canelo y Fernández; Heredia, Windauer, Carballo, Britos y Feliú.

“Heredia era La Milonga, el padre de La Milonguita. Fue internacional a los 17 años, jugó en Ferro, Carballo era la “Chancha”, que venía de Belgrano. Yo jugaba de “ocho”, de peón de brega al lado del centrojás. Con la Milonga y con el Chueco Feliú me cansé de hacer goles de cabeza. Tiraban los centros perfectos.”

A la hora de definir su técnica para el cabezazo letal, nos cuenta: “Yo me paraba al borde de las 18. No me ponía en la montonera. Picaba unos metros atrás y saltaba como un resorte. Esa es la forma de cabecear. Además te permite tener buena visual de la jugada”.

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La historia futbolística de Windauer continuó en 1955 jugando para Instituto, donde llegó como sustituto de Juan Carlos “La Mona” Sánchez. Fue el Instituto de Doblas; Zapata y Díaz; Heredia, Merlo, Márquez; Esquivel, Savorra (que siguió su carrera en Italia), Windauer, Velazco y Baghín. 

“Fui hasta mitad de campeonato y no fui más”, cuenta José. “Fue un año perdido y volví a Sportivo donde seguí haciendo goles todos los partidos”.

 El hombre récord

“Siempre fui de hacer muchos goles. Un año hicimos en el campeonato 69 goles y yo hice 30. Al año siguiente convertí 28. O sea, en dos años hice 58 goles. Todos de juego y de adentro del área. En mi carrera patee solamente un penal, contra Avellaneda en Córdoba.”

“Me quedé en Sportivo porque para ir a Buenos Aires en aquellos años había que ser muy bueno. Jugué hasta 1965 y convertí calculo que más de 200 goles oficiales, sin contar amistosos ni los de torneos Preparación. De todos esos goles, por lo menos setenta de cabeza”.

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Haciendo memoria

Al momento de repasar formaciones, le pedimos que recuerde el que considerara el mejor equipo del que tomó parte. Sin dudarlo nos dice “Jover (salió de Racing de Nueva Italia, luego jugó en Chacarita y Huracán); Pascal (figura en Boca mucho tiempo) y Armando Sequeira; Ricio, Canelo y el “loco” Quiroga; Ocampo, Gerbasi, Windauer, Britos y Feliú. Con ese equipo hicimos un campañón y nos jodieron en la final. Fue en 1958. Ganamos invictos una rueda.”

Siempre es bueno repasar los clásicos rivales de Sportivo: “En la Liga Santa María, el clásico de Sportivo era ante Colón. Eran partidos a muerte. Por aquello de los reglamentos no pude jugar ninguno, ya que al jugar en Córdoba no podía jugar en la local. En la Liga Cordobesa, nuestro clásico era con Huracán de Córdoba. Siempre llegábamos juntos para definir los ascensos con reglamentos que nos perjudicaban.”

José Windauer jugó defendiendo la camiseta de Sportivo. Su último partido fue ante Las Flores en 1963. Un año estuvo parado por una pubalgia y luego fichó una temporada para Avellaneda. “Ahí fui con el “Pelusa” Ivos, que había estado en Belgrano. Pero fueron los últimos cartuchos”.

Hoy, a los 80 años (la nota fue realizada en 2014) y con una memoria privilegiada, sigue viviendo en La Bolsa, rodeado de sus amigos y su familia. Sigue siendo hincha de Boca y del fútbol. De tanto en tanto se da una vueltita por la cancha para ver lo actual y recordar al viejo Sportivo Alta Gracia.

José Windauer. Un goleador de raza. Un artillero como no los hay en estos tiempos. Un romperredes inolvidable para todos aquellos que gritaron sus goles.

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