
Fue mucho más que un director técnico. Fue un formador, un docente. Un imprescindible a la hora de contar la historia de nuestro deporte.

Oscar desde chico cargó con un sobrenombre que le quedó para siempre. El "Chancleta" se hizo conocido a fuerza de jugar al fútbol y se convirtió en ídolo a puro gol.



