
En las primeras décadas del siglo pasado, nuestra ciudad era productora de gusanos de seda, que eran comercializados en todo el mundo.
La semblanza se remonta a las primeras décadas de existencia de nuestro querido fútbol local.
Horacio tal vez sea el resumen de todo lo que expresa la famosa frase de “la pelota siempre al 10”. Es que su sola presencia en cancha, durante años, fue un seguro de buen fútbol, de botín inteligente. De pase bien dado y jugada bien terminada.
Fue mucho más que un director técnico. Fue un formador, un docente. Un imprescindible a la hora de contar la historia de nuestro deporte.
Juan Carlos "Cacu" García nos compartió para publicar esta hermosa historia. Habla de fútbol, pero en el marco de una ciudad que tomaba a este club como parte de su vida.