
La estación de las flores, el amor y la juventud siempre fue bien recibida en Alta Gracia.


Con el periódico "El Progreso" de Cecilio Durruty, aparecía en 1911 el primer registro de periodismo en nuestra ciudad.
Cosas Nuestras26 de julio de 2020
juan carlos
La historia del periodismo gráfico en Alta Gracia tiene una fecha de inicio, y un nombre. Esto tan lindo de contarle a los vecinos lo que pasa en la ciudad tuvo su inicio un domingo 24 de diciembre de 1911. Aquel día apareció el semanario "El Progreso".
Semanario Noticioso y de Actualidades, como bien lo indicaba debajo de su portada, era dirigido por Cecilio Durruty, quien además era Jefe Político y hombre íntimamente emparentado con el Partido Conservador. "El Progreso", en algún tiempo supo rivalizar con "La Voz de Alta Gracia" (que en realidad era poco más que una hoja informativa) editada por quien fuera intendente y Juez de Paz, Enrique Dalinger.
Pero fue "El Progreso" el que marcó el inicio del periodismo gráfico en Alta Gracia. Presente durante varios años, siempre fue una publicación semanal, que poco después de su salida a la calle, pasó a publicarse los días sábados. Eran cuatro páginas por edición, tamaño sábana, y muchísimo texto. De fotos, ni hablemos en aquellos tiempos.

En sus páginas pueden verse publicidades de los comercios que vestían las calles de nuestra ciudad. Algunos de ellos que trascendieron a lo largo de los años, hasta bien entrado el siglo XX.
En sus páginas están reflejados hechos de una relevancia histórica importantísima para nuestra ciudad, como los datos del primer censo realizado en Alta Gracia en nuestra etapa como municipio. Fue en 1912, y en El Progreso están esas estadísticas.

Los amantes del deporte, pueden leer en sus páginas las crónicas, por ejemplo, de los primeros partidos de fútbol que se disputaron en nuestra ciudad. Allí se reflejan los partidos de los primeros equipos locales e incluso de lo que fue el primer partido de una Selección de Alta Gracia ante un seleccionado de Córdoba Capital. Dicho sea de paso, ganamos 2 a 0...

Luego de "El Progreso" muchos fueron los periódicos que sostuvieron con mayor o menor trascendencia, la vigencia del periodismo gráfico en Alta Gracia. Pero aquellas amarillentas páginas impresas en 1911 fueron las pioneras en esta hermosa profesión de andar contando novedades a la gente...

La estación de las flores, el amor y la juventud siempre fue bien recibida en Alta Gracia.

El apellido Zorn vincula a Victoria directamente con Villa Oviedo. Barrio con identidad si los hay, en Alta Gracia. Y mucho de eso tiene que ver con sus orígenes laburantes que lo forjó en una barriada que a fuerza de manos callosas fue erigiéndose al sur de la ciudad.

Contarles a quienes no lo conocieron, quién fue Hugo Barrera es entrar en un territorio casi mágico, surrealista al menos.

Nota en homenaje al querido "Chochó" Gómez, que hace unos días habría cumplido años. Una comparsa que hizo historia en Alta Gracia.

La fecha exacta quedó en el baúl de los recuerdos de una ciudad que suele perder la memoria de vez en cuando, y que necesita de unas ayuditas para recuperarla. ¡Y en eso estamos!

Oscar Ferreyra Barcia es uno de los grandes historiadores que ha tenido Alta Gracia. De su escrito “Volviendo al Pasado”, rescatamos este texto hablando de personajes de principios del Siglo XX.

Galería de ídolos. Recordamos a uno de los grandes del mejor tiempo de Sportivo Alta Gracia. El "Babita" dejó una marca indeleble en la memoria de los hinchas del fútbol de nuestra ciudad.

Hace más de 50 años, Alta Gracia tuvo entre sus empresas locales, una que marcó la infancia de varias generaciones. Las “gallinitas” Pio Pio fueron marca registrada en el paladar de muchos, y un auténtico ícono de emprendimiento altagraciense.

Quienes contamos ya unos cuantos años tenemos vivo el recuerdo de cuando "se sorteaba" quién hacía la colimba y quién se salvaba.

Entre las memorias gastronómicas más queridas de Alta Gracia figura, sin ningún lugar a dudas, la recordada y añorada lomitería “Chapucha”.

Febrero y sus encantos estivales. El verano de Paravachasca trajo visitantes ilustres a nuestras tierras cuando nacían los años sesenta.