Una foto dispara recuerdos y nadie los puede parar. Es así, uno publica una fotografía y enseguida la memoria se activa.
EL "RULO", FIERRO A FONDO, DE RADIO PLAZA AL MUNDO
En el Día del Periodista Deportivo, repasamos la vida de uno de nuestros grandes embajadores en esta hermosa profesión.
Cosas Nuestras07 de noviembre de 2020juan carlosRaúl Barceló es uno de nuestros grandes embajadores. Pero más allá de su enorme presente, nos sumergimos con él en una charla para conocer a través de su historia profesional, y la Alta Gracia de cuando arrancó en la hermosa tarea del periodismo.
“En el año 1967, el ambiente del automovilismo en Alta Gracia se estaba haciendo picante, Oreste se estaba convirtiendo en un ícono, en un gurú del automovilismo argentino. Por acá veías a todos los grandes: Cacho Franco, Carlos Marincovich, Luis Di Palma, Faraoni… todos pasaban por acá”, comienza contando el Rulo. “Yo empecé con 13 años, haciendo un programa de automovilismo “para mí”; lo hacía en mi grabador. Yo lo hacía, lo producía, hacía las notas, lo musicalizaba, y lo armaba. Mi viejo me trajo de Eurpoa un grabador Geloso eléctrico. Con ese grabador comienzo a hacer mi programa en el subsuelo de mi casa de Grenón y Lucas V. Córdoba”.
La historia sólo comenzaba...
Junto a Oreste Berta. Una relación profesional y una amistad que continúa hasta hoy.
Oreste y el debut periodístico
"Cuando Oreste arrancó con el taller en calle Lepri, yo lo veía muy de cerca. Un día a comienzos del 68, siento ruido de un auto y veo que están Oreste y Luis (Di Palma). Agarro el Geloso y lo encaro a Oreste, a quien nunca había tratado. Y él, que podría haber reaccionado mal ante un pibe, terminó respondiéndome como si yo fuera la BBC de Londres. Imaginate cómo volví a casa, enloquecido. ¡Y no tenía programa en ninguna radio! Llego a casa, le comento a mi mamá, y me dice: ¿por qué no se la llevás a Rugani para La Voz Serrana?
Fuimos a verlo, me dijo que si, que la transcribiera. Lo hice, se la llevé y la publicó completa. No me animo a asegurarlo, pero creo que el primero que llamó a Oreste como “el Mago de Alta Gracia”, fue Leo en aquella nota”.
Raúl desde muy chico demostró su gusto por el automovilismo: “Cuando venían los grandes premios en los sesenta, lo despertaba a mi viejo a las 4 de la mañana y nos íbamos a la Cuesta del Aguila. Al amanecer empezaban a llegar los autos. Yo me llevaba despertador, papel y lápiz y anotaba los tiempos.... ¡con un despertador! Tenía 10 años...”.
Claro que también fue hincha de fútbol, de River y Sportivo para ser más precisos. “Escuchaba los partidos por
radio, iba a la cancha a ver el Sportivo de Jover”, pero los fierros me pudieron”.
Aquella Radio Plaza
“Todo se dio muy rápido, porque se inauguró el Cabalén el 15 de marzo de 1968 y por supuesto, estuve. Con mi grabador, cargado de pilas, grabando notas a todos, y todos me dieron bola a pesar que yo era muy pibe.
A los pocos meses, la propaladora Plaza se convierte en radio por circuito cerrado, siempre con el querido Angel Díaz a la cabeza. Jorge Kelly, que me había visto en los autódromos, me invitó a hacer mi programa de automovilismo en la radio. El director artístico me hizo una prueba, y me dijo que “Fierro a Fondo” iba a salir los viernes, y lo iba a hacer junto con Jorge.
El día que se inauguró Radio Plaza, el conductor de Rinconcito Deportivo, que tenía a Jorge como colaborador, nunca apareció, y fue cuando me dijeron que me sumara a Jorge para hacer el programa. Los dos hacíamos
Rinconcito Deportivo de lunes a sábado de 19:05 a 19:20. Yo, con 14 años ya estaba en dos programas”.
Enero del 70 traería a la ciudad el Provincial de basquet: “Llega el Provincial y había que transmitirlo. Jorge relataba, yo comentaba. Chamaco Yunes era el locutor comercial. Fer y Gili Díaz eran los técnicos y transmitíamos desde el techo del bufet. Ahí nosotros, y Mirta Marín en estudios”.
El paso a Córdoba
Raúl terminó su secundario, vivió un par de años en los Estados Unidos, hizo la colimba, y en 1976 “Vuelvo a
Ciencias de la Información y me contacto con gente de radio, Héctor Acosta y Sprinter me llamaban para que saliera como corresponsal. Luego, Héctor me convocó a Deporte Motor con él, y que fuera la voz del
autódromo. Yo armé mi equipito con Chamaco Yunes y fui la voz del Cabalén hasta que me fui a Buenos Aires. Fue desde 1976 hasta fines de 1982.”
Pero Raúl sigue contando: “Al poquito tiempo que iba a la radio, viajando todos los días para hacer 25 minutos de programa acompañando y aprendiendo de ellos, me ofrecieron integrarme al noticiero. Que hiciera turno de noticiero, y deporte en los programas. Ahí es cuando arranco a trabajar en serio en Córdoba, en una época de oro de Universidad que era la número uno, con José González, Mario Luna, Ricardo Fuentes, Darío Martel, Enrique Del Campo. Verdaderas leyendas de la radio”.
En 1983, Raúl Barceló fue galardonado como uno de los "Jóvenes Sobresalientes del Año" en Córdoba.
Con el tiempo, Raúl trabajaba en Universidad, hacía notas para el diario Córdoba y ya había debutado en televisión. Hacía un programa en Canal 8 (8 Deportes) los domingos y allí le ofrecieron hacer también el noticiero. Fue un programa que arrancaba casi a la madrugada. “Yo lo conduje, lo redacté, hice de todo… alíamos media hora antes que el que venía de Buenos Aires. Muy novedoso”.
De Córdoba, llegó el momento de dar el salto a Buenos Aires. ATC, “60 Minutos” reemplazando a Nicolás Kazanzew, la gran pantalla, “Coche a la Vista”, “Desde boxes, ya!” y todo lo mucho que puede hablarse de una trayectoria enorme de Raúl Barceló a lo largo de todo este tiempo que lo marcó como un referente ineludible del periodismo del deporte motor en el país.
Un Raúl Barceló que sigue siendo el “Rulo” de siempre, el que sueña con volver a vivir en Alta Gracia, para descansar de tanto trajín. El que aún recuerda que era el único en Krajo´s que tomaba anís, “Arturo (Haberstock) tenía una botella exclusivamente para mí en la barra”; el que hoy vive en Núñez pero no se olvida de Raúl González “con Raúl soy yo mismo con otro cuero”, el que recuerda con emoción a Ricardo
Moll y que tiene en Marcelo Fernández Guillermet, el Cholo Aguirre, Jorgito González, Armando Liendo, Jorge Del
Giorgio, Teté Leiva, Luis María Martínez a amigos con quienes se reúne un par de veces al año.
La vida periodística lo llevó a estar en lo más alto luego de mucho remarla. Con el automovilismo conoció el mundo; con el periodismo trabó amistad con los más grandes.
De vez en cuando se da una vueltita por Alta Gracia y mira con cariño el primer piso de la Galería Aión, recordando sus inicios en Radio Plaza.
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En esto de andar recolectando historias acá y allá, uno se cruza con amigos que le acercan relatos. A veces, estos relatos no están directamente relacionados con Alta Gracia. O si, porque sus protagonistas son altagracienses.
No hay mucho más para agregar: FOTAZA
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