
Contarles a quienes no lo conocieron, quién fue Hugo Barrera es entrar en un territorio casi mágico, surrealista al menos.
Corría el año 1946 y Eva Duarte de Perón era mucho más que la mujer del Presidente de la Nación. Uno de sus viajes por el país la trajo hasta nuestras tierras.
Cosas Nuestras10 de julio de 2020No fue una visita presidencial, pero casi. En 1946, hacer referencia a Eva Perón era ni más ni menos que hablar de una Primera Dama con todas las letras. Evita era la mano derecha de Perón, el brazo ejecutor de muchas de sus políticas sociales y la conciencia de clase que le daba sustento al movimiento peronista.
Y era ella quien muchas veces recorría el país llevando donaciones de su fundación, visitando pueblos, recibiendo el amor de su gente e inaugurando obras por el interior de este extenso país.
Epocas de trenes que estaban a punto de nacionalizarse (ello ocurrió poco después, en marzo de 1948) y con vías que llegaban hasta cada rincón de la patria. Convergiendo, lógicamente, en el puerto.
En nuestra ciudad, corrían tiempos de inestabilidad política. Desde 1943, Alta Gracia estaba gobernada por Comisionados municipales, nombrados a dedo por los distintos interventores generales (también puestos a dedo) o por el Gobernador de la provincia. En aquel 1946 cuando Evita visitó nuestra ciudad, conducía la provincia el militar radical pro-peronismo, Argentino Auchter, y Alta Gracia no tenía un intendente electo, sino un Comisionado Municipal: Manuel De la Rúa.
Según relatan las crónicas de la época, “el tren especial arribó a la estación de Alta Gracia apenas pasadas las 10 de la mañana. Desde muy temprano había en el lugar apostada muchísima gente para recibir a la Señora esposa del Presidente de la Nación”.
Desde la ventanilla del tren, al irse acercando, Evita comenzó a saludar a la multitud. Tanta gente hubo ese día que las autoridades debieron subir al tren para recibir a Eva Perón y hacer un operativo de seguridad impensado para que la comitiva pudiera desplazarse por la estación y por la calles de la ciudad rumbo al “Hospital Regional para Ferroviarios”, en la zona del Alto, lo que con el tiempo se conoció como el Policlínico Ferroviario. Evita visitaba nuestra ciudad para inaugurarlo formalmente. Fue el sábado 26 de octubre de 1946.
Una vez en el Hospital, y luego de cortar las cintas, llegaron los discursos: primero fue el Gobernador Auchter quien le dio la bienvenida a la primera dama. Luego, el Diputado Antonio Barbeito (quien además era Presidente de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad de Alta Gracia) quien agradeció a Eva “por las gestiones realizadas para la concreción de la obra”, más tarde habló el Secretario de Trabajo y Previsión de la Nación, José María Freyre y el Secretario de Industria y Comercio Rolando Lagomarsino.
Luego, lo esperado, Evita hablándole al pueblo de Alta Gracia: “les traigo, mis queridos descamisados, un gran abrazo de nuestro querido Coronel Perón”, arrancó el discurso que habló de la concreción de obras prometidas, entre otras cosas. La palabra de Evita fue interrumpida varias veces por los aplausos y los vítores al presidente Perón por parte de la multitud reunida en las inmediaciones.
Como cada vez que Evita tomó contacto con la gente, recibió saludos, ofrendas florales, cartas y peticiones de maestros y vecinos de la ciudad.
Pero las actividades de la primera dama no terminaron allí. A las 13, en el patio del Colegio Libre (que funcionaba donde luego estuvo el Cine Monumental) hubo un almuerzo con más de 2 mil comensales y posteriormente Evita y su comitiva se trasladó a La Paisanita, a la Colonia de la Unión Ferroviaria, donde procedió a inaugurar la Escuela Domingo Faustino Sarmiento de esa comuna.
Fue un largo día para Eva Perón. Un día festivo para Alta Gracia que muchos aún celebran y recuerdan. A la jornada siguiente, Evita iría a Córdoba, a seguir inaugurando obras.
Pero fue otra historia. La nuestra, la de Alta Gracia, se la contamos acá. Fue, recordamos, un 26 de octubre de 1946. Durante el naciente primer gobierno de Juan Domingo Perón. Una Evita plena, entera y en funciones visitó nuestra ciudad para inaugurar obras y dejar su mensaje. Para Alta Gracia, sin dudas, fue una jornada histórica.
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