AQUELLOS VIEJOS PROGRAMAS DE CINE

De tanto en tanto, escondidos al fondo de un cajón, o detrás de unas viejas prendas de ropa, aparecen. Papeles que conservan el sabor de un tiempo romántico donde ir al cine era mucho más que sentarse en una butaca.

Cosas Nuestras 22 de julio de 2020 juan carlos juan carlos
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De tanto en tanto, escondidos al fondo de un cajón, o detrás de unas viejas prendas de ropa, aparecen. Papeles que conservan el sabor de un tiempo romántico donde ir al cine era mucho más que sentarse en una butaca.

Los programas de los cines te contaban todo lo que "iban a dar" a lo largo de la semana. Las películas Clase B (o C) de los lunes y martes, las que no le iban en zaga los miércoles y jueves (aunque algunas eran "prohibidas", claro) y el doble programa fuerte del fin de semana.

Juro, reconozco que los coleccionaba y que la vida hizo que los perdiera quien sabe dónde y cuándo. Pero tenía mucho de ellos. Algunos, hojas sueltas, otros los famosos trípticos. Formaban parte del ritual de ir al cine. Que como decíamos, era mucho más que sentarse en una butaca y en el intervalo comprar chicle o caramelos Sugus.

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Era una ceremonia que incluía desde saludar al acomodador de siempre, hasta silbar si la película se cortaba justo cuando el tren estaba por caer del puente roto sobre un acantilado. Era tratar de dar un beso a escondidas y en lo oscuro. Era "colarse" al pullman cuando la peli era de la Coca Sarli y vos eras muy chico para verla.

Y en ese universo de sensaciones, los programas que nos contaban qué pelis daban, formaban parte del culto pagano. Por eso, cuando uno de nuestros lectores nos acercó estas fotos, no lo dudamos y las publicamos.

Casi como un homenaje a los viejos cines de la ciudad...

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