EL NEGRO RAMÓN: UN "CARDITO" ETERNO

Antonio Ramón Farías. "El Cardito", personaje ineludible a a hora de contar las historias de nuestra ciudad.

Personajes 26 de noviembre de 2023 juan carlos juan carlos
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Cuando la noche de carnaval le iba ganando a las agujas del reloj público, algo había en el aire, que nadie se quería mover de los alrededores del palco. Todos miraban para el escenario. Las carrozas habían dejado de desfilar hacía rato y los disfrazados se sacaban el antifaz para así observar mejor.

El pueblo, los barrios participaban de los corsos y todos tenían una cita de honor en el cierre del espectáculo. De pronto, lo esperado: el locutor que pedía micrófono y anunciaba al “artista del Pueblo”; casi a los gritos, como si hiciera falta explicarle a alguien de quién se trataba, lo anunciaba. Y ahí salía al escenario él. Antonio Ramón FaríasEl Cardito… un grande, un símbolo del humor cordobés que trascendió escenarios desde su Alta Gracia natal.

Hombre de saber cultivar amistades y de jugarse por ellas. Cantor y humorista que como pocos supo meterse en el alma de la ciudad. A poco más de un año de haber partido en gira eterna, homenajeamos al artista, al amigo,  al querido Negro Ramón…

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Allá en el barrio Sur

El Negro Ramón nació en Alta Gracia en 1942. Para quienes lo conocieron de chico, era el “Pajarero”, apodo heredado de la actividad de su padre, que tenía el negocio una esquina más abajo de la plaza Mitre, donde cruza San Juan Bosco. Allí se crió y allí hizo su primera e irrenunciable barra de amigos entre los que estaban Eduardo Luppi, Carlos Maure y sobre todo, su inseparable “Bicho” Velázquez. Precisamente con los recuerdos del “Bicho” iremos armando el rompecabezas de la historia de Ramón Farías, ser querido si los hubo en la ciudad. “El Negro era un tipo natural, espontáneo, igual arriba y abajo del escenario, nunca de mal humor, nunca enojado con alguien. Para él era todo risa y sacarle chispas a cada cosa”, arranca hablando el Bicho.

Se conocieron, como dijimos cuando Ramón y sus hermanos compartían horas de siesta en la plaza Mitre. Tiempos de carritos a rulemán y las carreras organizadas por el Maestro Bútori.

Pero los chicos fueron creciendo y la amistad se fortaleció. Entonces surgen las anécdotas, como cuando Ramón, el Bicho y Eduardo fueron a El Capricho Verde, en La Serranita y como no quisieron venderles una sangría, Ramón dijo “¿querés que le saquemos todos los clientes?”. Con la guitarra se fue al frente y en la arena se puso a cantar. Toda la gente se mudó a la playa… hasta que el dueño del boliche los invitó a volver al local… y que tomaran gratis lo que quisieran a cambio que vuelvan a llevar los turistas a la confitería. 

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Los Carditos

Allá por finales de los sesenta surgió el Dúo Los Carditos. Porque originalmente, fueron dos. Ramón y el “Loro” Pancho López, un amigo que había conocido cuando hizo el servicio militar en Buenos Aires. Cosas de la vida hicieron que Pancho se fuera alejando de los escenarios poco a poco y Ramón terminara solo. Aunque no siempre. “Más de una vez me invitó a subir con él y hacer el dúo –cuenta el Bicho Velázquez- sabiendo tocar la guitarra, conociendo las canciones y con la caripela de uno… robaba (risas). La primera vez que subí con él al escenario fue en los carnavales de barrio Alberdi en Río Cuarto. Casi terminamos a las piñas porque el desgraciado para relajarme al subir me tocó el culo y yo le pegué un guitarrazo… así era de desgraciado, un fenómeno”.

 Su carrera

Ramón supo abrirse camino en la vida con el humor y la actuación. Su nombre apareció antes que el de muchos otros en los afiches de los festivales más importantes del país. Fue el primero en llevar el humor cordobés a la pantalla de televisión en el ciclo “De lo nuestro con humor” en los ochenta, y unos cuantos humoristas de la siguiente generación usaron (muchos sin permiso) algunos de los recursos que Ramón usaba en el escenario. “El pitito con que cantaba Simeona era creación de él, lo de “sasiz”, lo de “Sarulo vení” que solía decir, también. Que lo hayan usado luego otros, sin siquiera mencionarlo fue injusto y le hizo mucho daño. Pero era tan buen tipo que nunca reclamó nada”, cuenta el Bicho.

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No hubo carnaval de Alta Gracia donde no haya estado el dúo Los Carditos. Sin corona, fue el rey de los corsos.

Fue de la primera generación de humoristas, con otros grandes como el “Pícaro Cordobés”, Elvio Modesto Tisera, el Negro e´la Juana. Dueño de una picardía muy especial, hizo que la gente disfrutara una y mil veces de temas como “Simeona”, “El viaje a la luna” y tantos otros…

 Historia y leyenda

Su forma de ser, su comunión con el público y su simpleza a la hora de vivir lo fueron convirtiendo en una leyenda viva de la ciudad. No hubo barrio que no hablara de “El Cardito” a la hora de las peñas, los festivales o los corsos. Pero además, no tenía problemas de tocar y cantar donde se lo pidieran, hubiera o no hubiera plata. Así era el Negro.

En el relato de su amigo Bicho Velázquez siguen apareciendo amigos como el Zurdo Bolatti, o el Piraña Salduna, con quienes también compartió cientos de anécdotas. “Fue un tipo muy querido, muy querible. De hacer amigos y de no dejarlos en banda. Tuvo dos matrimonios, con Marta Ramona (madre de Miryam, su hija mayor) y con Livia, con quien tuvo a Juan, su otro hijo”. 

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La vida lo llevó a vivir sus últimos años en Río Cuarto, donde nunca dejó de actuar casi hasta sus últimos días. Si había festival, bien. Y si no, para los amigos, en su casa. Siempre fue igual, no cambió nunca. Siempre fue el hijo de Elena y de Horacio, el pibe sencillo de barrio Sur que supo ganarse el cariño de su pueblo.

Dicen que falleció a fines de mayo de hace unos años… mentira, el Negro sigue vivo en el corazón de su ciudad. 

El Cardito sigue vivo, y actuando en los escenarios del cielo. No hay vecino de Alta Gracia que no lo recuerde. El nunca olvidó a su ciudad y cada vez que lo convocaron, volvió para reencontrarse con sus amigos de siempre. Jovial, simpático, pícaro, genial. Genio y figura arriba y abajo del escenario, su corazón sigue latiendo en las plazas de la ciudad que eligió como su última morada.

¡Salud, Negro! Y gracias por tanta risa, tanto momento lindo, tanto recuerdo.

Palabra de hija

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 Lo que sigue es una carta a Ramón, escrita en primera persona por su hija Miryam, a pedido de COSAS NUESTRAS:

Hola, quiero contarte que hace unos días me pidieron unas líneas, anécdotas  algo sobre vos...sinceramente sentí orgullo, pero me dí cuenta de que por algún motivo inconscientemente evitaba el sentarme a escribirlas... ya hace un año que no estás físicamente, la verdad... no sé cómo transmitir en pocas palabras todo lo vivido y tantas enseñanzas que me dejaste.

Se mezcla todo Pá, como artista fuiste y serás único; con tu Humor SANO recorriste y compartiste grandes escenarios de todo el país con figuras como Sandro, Raphael y tantísimos más que en éste momento por la gran emoción no recuerdo (era muy chica ...); llegaste a la tele en el 82 al programa "De lo nuestro con Humor” de Quique Dapiaggi; creaste el famoso " Me Meo, me meo… con tu "pitito escondido" (fue la duda de años... ¿cómo lo hace? ¿ que tiene tu papá ?) llevando siempre la bandera en alto de “tu” Alta Gracia natal. 

Fuiste Maestro, dejaste huellas en muchas generaciones, haciéndolos reír con tu chispa nata, por eso hoy tantas personas te recuerdan con alegría.

Como papá… agradezco día a día que hayas sido el mío... y para que sepan, fuiste exactamente igual que arriba del escenario, alegre, comprensivo, abierto, compinche, amigo; siempre supiste ponerte en el lugar y momento del otro de la manera más objetiva sin perder jamás la Humildad que es lo que te hace un grande.

Desde mis 17 años por cuestiones de la vida no vivimos más juntos, pero creamos un nexo muchísimo más fuerte, tuvimos una relación padre-hija maravillosa, única. No eran necesarias las palabras, solamente nos leíamos la mirada.

Soy " Ramoncito Mujer” como les decías a todos! y la verdad que sí pá... me siento totalmente orgullosa de ser tu reflejo, como vos me enseñaste.

Recuerdos... miles... Cantando con vos en mi primaria en el Solares y después en la secundaria del Nacional, tomando nuestra "lechita" (fernet con coca), cocinando nuestras comidas preferidas cada vez que venías a visitarme...Colchón de arvejas, bifes a la criolla, papas con huevo y tus adoradas e infaltables sopas!

Tantas cosas... quiero decirte que no hay un solo día de mi vida que no piense en vos, estás en cada momento, sé que solo no te veo porque te siento a mi lado más que nunca Pá!

Para la gente conocida y tus amigos " El negro Ramón", " El Cardito". Para mí Miryam Farías, mi papá, mi gran amor!!!

Hasta pronto Pá!!!

 

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juan carlos
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