
Cuando Boca hizo pretemporada en Villa La Bolsa... y salió Campeón
Febrero y sus encantos estivales. El verano de Paravachasca trajo visitantes ilustres a nuestras tierras cuando nacían los años sesenta.


La historia épica de un equipo de pibes que quedó grabado en la memoria.
Alta Gracia Deportiva21 de noviembre de 2020
juan carlos
A veces, cuando uno cree conocer casi todo, aparece un amigo como “Monono” Montoro y te dice: “tengo una una historia que te va a gustar”. Y allá vas. Y Angel, que tiene unas cuantas canchas transitadas, te cuenta la historia de un equipo que hizo historia. Así de simple.
Corría el verano del 61 para el 62, y en la canchita de los curas, en el Oratorio de los Salesianos, se organizaban campeonatos de fútbol infantil. Cada barrio tenía un equipo en lo que eran los inicios de nuestro “baby”. Como no podía ser de otra forma, el Maestro Bútori estaba en la organización del asunto. Hasta que un buen día, desde Córdoba le llegó la invitación: se organizaba la cuarta edición del Torneo “Buenos Amigos” de fútbol infantil, y Alta Gracia era la señalada para representar en el campeonato, al interior provincial.
Bútori hizo una selección con lo mejor de los equipos barriales y... allá fue.
“Nos tocó debutar contra Estrella Roja, de Córdoba Capital, un equipo que era imbatible y que era el semillero de Instituto”. Total que los tan imbatibles apenas si ganaron 3 a 2 luego de mucho transpirar, y el equipo de nuestra ciudad se llevó los mejores elogios.
Comenzaba un campeonato en el que los pibes de Bútori harían historia. “Se jugaba en cancha de Instituto, junto a la platea, con más de 4 mil personas presentes. Había equipos de todo el país, era un campeonato hermoso”, sigue recordando Monono.

Las actuaciones de Don Bosco (así se llamaba el equipo) fueron memorables. Merecieron el elogio de la prensa y terminaron obteniendo el subcampeonato, perdiendo el título sólo por diferencia de gol. El fútbol infantil de Alta Gracia comenzaba a escribir sus grandes páginas. ¿Los nombres de los pibes? Angel Montoro, Miguel “Chueco” Argüello (que jugaba al arco), Culín Márquez, Néstor Núñez, el Gordo Gallardo, Juan Carlos Oviedo, el “Nene” Isola, Garrotillo Villarreal, Luis Turri, Eduardo Isetta y Ramón López.
Hicieron historia, y no podíamos no recordarlos acá.

Febrero y sus encantos estivales. El verano de Paravachasca trajo visitantes ilustres a nuestras tierras cuando nacían los años sesenta.

Hubo en nuestra ciudad clubes emblemáticos por historia, por logros, y también porque su presencia lejos dejó de pasar desapercibida. Fue el caso del Club Ferroviarios. “El Cerro”, para los amigos.

Los hermanos Funes forman parte de la galería de grandes futbolistas que ha dado nuestra ciudad. Algunos con mayor éxito que otros, unos con más fama que los demás, pero sus nombres son recordados siempre como símbolos de un fútbol local que los tuvo como estrellas.

La Selección de Holanda (hoy Países Bajos) fue el representativo mundialista que más tiempo se alojó en nuestra ciudad. Uno de sus jugadores, el arquero Piet Schrijvers posó para una foto en el parque del Sierras Hotel. Te contamos su historia.

La natación tal vez no sea uno de los deportes que más laureles le haya entregado a Alta Gracia. Pero también tiene su historia, y nos gusta contarla y compartirla.

Fue mucho más que un director técnico. Fue un formador, un docente. Un imprescindible a la hora de contar la historia de nuestro deporte.

Hace más de 50 años, Alta Gracia tuvo entre sus empresas locales, una que marcó la infancia de varias generaciones. Las “gallinitas” Pio Pio fueron marca registrada en el paladar de muchos, y un auténtico ícono de emprendimiento altagraciense.

Cecilio Luna fue, para todos, el Negro Jololo. De físico imponente que poco tenía que ver con su caracter, era imposible no quererlo. Conozcamos un poco más quién fue este personaje...

Quienes contamos ya unos cuantos años tenemos vivo el recuerdo de cuando "se sorteaba" quién hacía la colimba y quién se salvaba.

Entre las memorias gastronómicas más queridas de Alta Gracia figura, sin ningún lugar a dudas, la recordada y añorada lomitería “Chapucha”.

Febrero y sus encantos estivales. El verano de Paravachasca trajo visitantes ilustres a nuestras tierras cuando nacían los años sesenta.