![MIGUEL GOLOCOVSKY](/download/multimedia.normal.91265ccb8157bb7d.TUlHVUVMIEdPTE9DT1ZTS1lfbm9ybWFsLmpwZWc%3D.jpeg)
Repasamos capítulos de su vida. Buscamos al profesor, al padre, al amigo, al vecino. Fuimos a buscar a Golocovksy y terminamos encontrando al “Golo”.
La publicación de algunas fotos dispararon recuerdos imborrables de los vecinos. Las paredes derruidas por el tiempo de lo que fuera la vieja terminal de ómnibus nos llevó a conocer y escribir sus historias.
Cosas Nuestras 24 de agosto de 2023Lo primero que deberemos hacer es situar en el tiempo a nuestros lectores. Porque algunos de ellos, lo más jóvenes, ni siquiera sabrán de qué estamos hablando.
La antigua terminal de ómnibus de Alta Gracia fue inaugurada el 12 de octubre de 1960 y funcionó hasta el 23 de setiembre de 1998, cuando se decidió comenzar a utilizar el actual edificio, junto al arroyo en El Cañito.
¿Dónde estaba la vieja terminal? En el predio que hacía esquina de Avenida Sarmiento y Vélez Sarsfield, donde la ciudad comienza a convertirse en El Alto.
Durante casi cuatro décadas fue la puerta de entrada y salida diaria de cientos y cientos de pasajeros que viajaban principalmente a las ciudad de Córdoba. Estudiantes, trabajadores, o simples turistas que utilizaban los servicios de las empresas locales para movilizarse.
Tiempos de la Cotag primero, y de la Satag más tarde.
Así, la terminal se convirtió en punto de arribo y partida, pero también en centro de reunión, paso casi obligado y hasta una fuente de trabajo para unos cuantos durante muchos años. Con su calle interna de tierra y casi siempre semi destruida por el paso de los pesados coches que dejaban su huellas en el barro los días de lluvia, la terminal no era una belleza. Pero era lo que había, y todos la “adoptamos” como propia.
Refugio de trasnochados, centro de citas clandestinas, kiosco abierto las 24 horas, café caliente en invierno y coca bien helada en verano, patio de juegos para los niños de la cuadra, la terminal se convirtió en parte importante de la escenografía local.
Y entre los niños que se criaron y crecieron conociendo los rincones de aquella terminal, estuvo Darío Wendeler. Vivía a la vuelta y su padre tuvo su primer panadería “Danubio” sobre calle Vélez Sarsfield. Fue precisamente Darío quien nos guió para esta nota, y a él le agradecemos.
“Tenés que verla a Norma”, ella te va a contar toda la historia y las historias de la terminal. Estuvo cualquier cantidad de años atendiendo el bar”, nos dijo.
Y allá fuimos y hablamos con Norma, una salteña siempre risueña y con una memoria a prueba del tiempo. Y nos contó su propia historia y las anécdotas vividas en este recordado lugar.
“¿Por qué no te llegás a hablar con Julio Conforti?, nos dijo al final de la charla.
Julio atendió durante décadas uno de los kioscos donde conseguías desde diarios hasta un café calentido a la madrugada.
Por desgracia, el tiempo se llevó las almas de otros queridos personajes que formaban parte del elenco estable de la terminal.
Nos referimos a dos personajes con todas las letras: el inefable Fermín y su esposa, Doña Ada.
Eternos habitantes del primer kiosco entrando por Sarmiento, el viento del “progreso” se los llevó sin haberles avisado antes.
(Continuará)
Repasamos capítulos de su vida. Buscamos al profesor, al padre, al amigo, al vecino. Fuimos a buscar a Golocovksy y terminamos encontrando al “Golo”.
Fue, durante años, un símbolo del corazón mismo de la ciudad.
¡Qué lindo es ver que una nota aparecida en Cosas Nuestras atraviesa fronteras! Eso pasó con la que publicamos la charla con el querido Hugo Pugliese contando la historia de su fábrica de gallinitas.
Oscar Ferreyra Barcia es uno de los grandes historiadores que ha tenido Alta Gracia. De su escrito “Volviendo al Pasado”, rescatamos este texto hablando de personajes de principios del Siglo XX.
Fernando Borges, en definitiva el alter ego de Fernando Ingratta, consiguió llegar a lo más alto del firmamento artístico y musical del país y el continente. Las mujeres se emocionaban hasta el alarido por él cada vez que cantaba, y al resto de los mortales no le quedaba otra que admirarlo y respetarlo.
El querido Jacko Bijman nos dejó varios escritos que envió desde Israel, recordando Alta Gracia de otros tiempos y a personas destacadas de la ciudad.
Un video que también forma parte de la historia de nuestros más tradicionales productos.
La calle España, una de las columnas vertebrales de nuestra ciudad, no siempre tuvo esa denominación. Se llama "España" desde 1930, y acá te contamos la historia.
Fue, durante años, un símbolo del corazón mismo de la ciudad.