Contarles a quienes no lo conocieron, quién fue Hugo Barrera es entrar en un territorio casi mágico, surrealista al menos.
ALTA GRACIA Y LOS PUENTES COLGANTES
La historia de los puentes colgantes del viejo camino a las Altas Cumbres, aunque parezca mentira, en un punto se toca con nuestra ciudad.
Curiosidades12 de julio de 2020juan carlosEl pasado 22 de octubre, el viejo Camino de los Puentes Colgantes, uno de los emblemas turísticos de Córdoba, cumplió 102 años.
Esta magnífica obra de ingeniería tuvo una relación directa con alguien que si bien no fue nacido en Alta Gracia, fue vecino de nuestra ciudad, y que tuvo vinculaciones con una de las familias más importantes del comercio local del siglo XX.
Estamos hablando de Don Dámaso García. García ya había participado de otros proyectos en la provincia de Córdoba, cuando fue convocado para este proyecto por el entonces Gobernador de Córdoba Ramón J. Cárcano.
En el año 1914 se completaron los estudios y meses después se comenzaron las obras. Lo que fue un camino para el paso de automóviles se hizo siguiendo las huellas de una senda pública de herradura que era utilizada por caminantes, jinetes a lomo de caballos y de mulas. Una obra magnífica que cuenta con pircas de defensa para evitar los cortes por corrientes de agua, drenajes, vados, alcantarillas y cinco puentes colgantes.
La obra de casi 93 km se licitó en seis tramos que fueron adjudicados a Dámaso García, Agustín Maury, Pedro Ortiz y Osvaldo Payer.
Como suele ocurrir ahora, la obra fue inaugurada dos veces. La primera vez fue el 2 de marzo de 1916 (Cárcano quería inaugurarlo antes de irse de la gobernación), cuando aún faltaban realizar dos tramos. La definitiva fue el 22 de octubre de 2018.
Obra magnífica, una proeza para la época, realizada a herramienta de mano y dinamita siguiendo la original senda de mulas.
Y en este tema, Don Dámaso García, tuvo mucho que ver.
Fue una cantante maravillosa, dueña de una voz que aún es recordada por todos quienes pudieron disfrutarla en un escenario.
Recorrió buena parte del mundo con su música.
La historia de una ciudad se nutre de las historias de su gente, de sus vecinos. Y en este caso, el “Tambo de Uranga” es un mojón ineludible de la vida altagraciense.
Elías López se declara enamorado de Villa Oviedo, de su gente y sus paisajes.