Allá por fines de 2018, Cosas Nuestras dialogó durante un buen rato con Yaco. Eso se convirtió en nota que apareció en nuestra edición papel. Hoy, la rescatamos a modo de homenaje a quien nos dejó a sus 92 años.
…Y UNA VEZ, LA CIUDAD TUVO ZORRAS GRISES
Fue por noviembre de 1982, cuando el Intendente Osmar Seletti puso el estacionamiento medido en el centro de Alta Gracia.
La historia detrás de una foto 20 de octubre de 2020 juan carlosAllá por setiembre de 1982, el Intendente Osmar Seletti decidió instaurar en Alta Gracia el estacionamiento medido en el centro. Y para controlar junto a los inspectores, se contrató a cuatro chicas para que hicieran de "zorras grises".
Ellas fueron Bety Quintana, Adriana Domínguez, Claudia Fernández y Sara Márquez. A la hora de acordarse de aquel tiempo, Bety cuenta: "había otros inspectores como Gilberto Torres, el Pollo Becerra, Don Lucero (que a la noche trabajaba en una panadería, fosforito, Jorge Suárez, Lallana, todos buenos compañeros como también Tomate Dessi, Alfredo Torrecillas, o Carlos Pícoli, con quienes nos divertíamos mucho".
Y hay más todavía: "Para salir a la calle, las primeras semanas nos acompañaban otros inspectores. Hacíamos no solo multas de tránsito, sino también de aguas servidas. Pero anécdotas hubo cientos. Eramos muy buenas concienti zando a la gente, pero también multando cuando no te hacían caso"
Y no se salvaba nadie: "un día le hice una multa al propio Intendente Seletti, que estaba mal estacionado. Las reacciones de la gente, sobre todo de los hombres eran de todo tenor".
Y si no, sigamos con lo que cuenta Bety: "había de todo. Desde el tipo que nos insultaba de arriba abajo y se enojaba mal, hasta el que nos hacía propuestas que iban más allá del trabajo. Había días estresantes y otros muchos que disfrutábamos nuestro trabajo que siempre hicimos con total responsabilidad".
Hace unos días me encontré casi de casualidad con un amigo de otros tiempos (y de siempre, porque los amigos son de siempre) y me dijo: “escribite algo de los asaltos”.
Resulta imposible desligar la vida de Angel Feliú a lo que fuera el club y bar La Patricia.
Alta Gracia tuvo industrias cuyos productos recorrieron el país y el mundo. Injusto sería no mencionar la fábrica de muñecas que perteneció a la familia Dufrechou.