
En las primeras décadas del siglo pasado, nuestra ciudad era productora de gusanos de seda, que eran comercializados en todo el mundo.
Por Yacko Bijman
Pasado y Presente12 de septiembre de 2023Pocas veces entré a la pizzería, la veía desde afuera, mientras charlaba con mi amigo de la infancia, el no vidente Manuel Urbano, que con una memoria envidiable, transmitía un partido de futbol, jugado dos años atrás, entre San Lorenzo y Boca. El relato era patético y real .
Después, volvía a su banquito y tocaba con maestría el bandoneón, entre la curiosidad y admiración de un público variado. Peones, albañiles, electricistas y pintores y algún turista disfrutando de un momento muy especial.
La cita era casual, pero se repetía los sábados por la tarde con solitarios hombres de sombrero y pañuelos de seda con lunares, al estilo de Gardel.
Nunca vi en la pizzería mujeres, y algunas veces vecinos distinguidos comiendo un buen bife a caballo, generalmente los domingos, antes de partir en taxi al Hipódromo.
Infaltable por las tardes de fiesta el colchonero a domicilio conocido como el viejo Valeija, o Don Valeija. Filósofo popular y espiritista. Siempre parco y solitario. Le disgustaba que podaran los arboles, por que les hacen sufrir, “los pobres sufren, déjennlos crecer sin lastimarlos”. Leo Rugani pintó muchos cuadros con su fisonomía tan característica. Barba desaliñada y crecida y un rictus de dolor, de sufrimiento en sus ojos.
Se acerca con respeto y buenos modales un anciano simpático, de cabellos y barba blanca que le daban el aspecto de una vejez bien asumida.
Con una estridente cornetita, anunciaba su llegada el vendedor de maní y bocaditos dulces, que por 10 centavos te llenaba el bolsillo de maní calentito
Regresaba a casa pasando por la panadería Francesa y ahí estaba la barra brava. Aldo, Raúl, Ñato Moll, Ricardo. Amigos entrañables de la infancia con Luis y Alfredo Laniado. Y Don Bartolo organizando carreras cortas en la vereda y premiando a todos con ricas masitas, ganadores y perdedores.
Si era la víspera de la fecha patria en cada casa se preparaban los delantales blancos impecables y con escarapelas de todas forma y tamaño. Y temprano por la mañana nos despertaban las salvas de bombas para recibir el día de la Independencia.
Y finalmente la banda de música recorriendo la Avenida Belgrano, ofreciendo marchas y canciones a los vecinos que al son de aplausos y entusiasmo convidaban a los músicos con empanadas calientes .
En las primeras décadas del siglo pasado, nuestra ciudad era productora de gusanos de seda, que eran comercializados en todo el mundo.
Texto extractado del libro "TIEMPOS VIEJOS (pero no tanto)" que sirve para homenajear a los periodistas y locutores radiales, a través de una vivencia personal. Justo para los cien años de la radiofonía argentina.
Entre aquellos que ya peinan canas, el tonete fue -cuando menos- un elemento que jamás pudo ser descifrado musicalmente hablando. ¿O estamos equivocados?
Repasamos pormenores de cómo y cuándo fue construido e inaugurado el Monumento al Libertador Gral. Don José de San Martín en nuestra ciudad.
Las figuritas... jugar a las figuritas formó parte del entretenimiento básico de varias generaciones. Era todo un rito, también, el sistema de cambio de figuritas...
Las regletas no eran ni más ni menos que maderitas de distintos colores y medidas que servían para enseñarnos los números y fundamentalmente las operaciones matemáticas.
Hace más de 50 años, Alta Gracia tuvo entre sus empresas locales, una que marcó la infancia de varias generaciones. Las “gallinitas” Pio Pio fueron marca registrada en el paladar de muchos, y un auténtico ícono de emprendimiento altagraciense.
Hubo en nuestra ciudad clubes emblemáticos por historia, por logros, y también porque su presencia lejos dejó de pasar desapercibida. Fue el caso del Club Ferroviarios. “El Cerro”, para los amigos.
El apellido Zorn vincula a Victoria directamente con Villa Oviedo. Barrio con identidad si los hay, en Alta Gracia. Y mucho de eso tiene que ver con sus orígenes laburantes que lo forjó en una barriada que a fuerza de manos callosas fue erigiéndose al sur de la ciudad.
La estación de las flores, el amor y la juventud siempre fue bien recibida en Alta Gracia.
Cecilio Luna fue, para todos, el Negro Jololo. De físico imponente que poco tenía que ver con su caracter, era imposible no quererlo. Conozcamos un poco más quién fue este personaje...