
La fecha exacta quedó en el baúl de los recuerdos de una ciudad que suele perder la memoria de vez en cuando, y que necesita de unas ayuditas para recuperarla. ¡Y en eso estamos!
Hoy, los Bomberos Voluntarios de Alta Gracia cumplen 65 años. Todos conocemos de su presente. Conozcamos algo de sus orígenes.
Cosas Nuestras25 de octubre de 2024“¡Un momento! ¡Que nadie se vaya todavía porque van a desfilar los Bomberos Voluntarios!”, expresó enfervorizado el Maestro Bútori, locutor oficial del desfile patrio aquel 25 de mayo de 1960. Y fue un momento único, como toda primera vez en la vida de alguien...
La anécdota, la postal de aquel momento nos la narró Alfredo “Chiche” Laniado. Y la contó de primera mano ya que él fue uno de los fundadores de los queridos Bomberos Voluntarios de Alta Gracia.
Aquel mediodía, luego que todos los colegios hubieran desfilado rindiendo tributo a un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, lo que primero fue sorpresa terminó convirtiéndose en emoción. Alta Gracia tenía su primer cuerpo de bomberos, y se presentaba en sociedad.
El propio Chiche nos contó la historia. “Estando en el Rotary, se pidió una audiencia con el Intendente y concurrieron casi todas las fuerzas vivas, entre ellas la Cámara Junior, donde yo estaba. Ese día surgió la idea de los Bomberos de Alta Gracia”.
Se convocó a la primera reunión en el despacho del escribano Bossi en octubre de 1959. Steven Harris fue electo Presidente, Perico Antonello Vice, Bossi el Tesorero y el propio Laniado, Pro Tesorero.
“Empezamos a trabajar en silencio –sigue contando Chiche-nadie sabía nada, salvo los más íntimos. Hasta el 25 de mayo del año siguiente en el desfile que conducía, como siempre el Maestro Bútori”.
Luego de los colegios, la policía y los boy scouts, la gente empezó a cerrar filas. Fue cuando la voz potente y fuerte de Bútori los alentó a quedarse un rato más: faltaba la frutilla del postre: los bomberos.
“Nadie sabía nada. Cuando el Maestro nos anunció apareció el primer Jeep colorado con el abanderado, la moto bomba atrás y otros cuatro jeeps rojos, con tres bomberos parados cada uno, todos uniformados. A la gente no le alcanzaban las manos para aplaudir”.
La trastienda de la historia cuenta que para aquel debut público, Kaiser prestó los cinco jeeps colorados, se consiguieron uniformes de los Bomberos de Córdoba y se reclutaron quince muchachos de distintos ámbitos.
“Fue nuestra presentación –a esta altura del relato Chiche está visiblemente emocionado- y a partir de allí hicimos una conscripción de socios e hicimos una rifa, sorteando un Renault Dauphine”.
Hubo acá una especie de desgracia con suerte. Porque con los números vendidos apenas si se alcanzaba a comprar el vehículo a sortear. Pero el dado cayó para el lado de los bomberos, ya que el número que salió ganador (sorteado por Lotería) no había sido vendido.
“Nos quedó todo lo recaudado. Con eso, Bomberos compró el terreno y levantó los galpones para su primer cuartel, en calle Urquiza”.
Y así comenzó la historia de los Bomberos Voluntarios de Alta Gracia. Producto de la iniciativa de jóvenes empresarios que veían que la ciudad crecía y que había necesidades por cubrir. Ellos, como muchos otros, no dudaron en ponerle el hombro a Alta Gracia por un futuro mejor.
La fecha exacta quedó en el baúl de los recuerdos de una ciudad que suele perder la memoria de vez en cuando, y que necesita de unas ayuditas para recuperarla. ¡Y en eso estamos!
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