Allá por fines de 2018, Cosas Nuestras dialogó durante un buen rato con Yaco. Eso se convirtió en nota que apareció en nuestra edición papel. Hoy, la rescatamos a modo de homenaje a quien nos dejó a sus 92 años.
EL CASCO HISTÓRICO, SEGÚN PASARON LOS AÑOS
La fisonomía de una ciudad, su paisaje urbano va cambiando a lo largo del tiempo, por más que las paredes sigan siendo las mismas, y las viejas construcciones se sostengan inconmovibles ante el paso del tiempo.
La historia detrás de una foto 09 de julio de 2020 juan carlosLa fisonomía de una ciudad, su paisaje urbano va cambiando a lo largo del tiempo, por más que las paredes sigan siendo las mismas, y las viejas construcciones se sostengan inconmovibles ante el paso del tiempo.
Las viejas paredes son testigos mudos de las variantes que van llegando con los años. Los gruesos ladrillos que erigen las paredes de la Estancia Jesuítica han visto pasar los cambios que se fueron produciendo en una ciudad que crecía día a día.
Los vehículos cambian; cambian las costumbres, y hasta van cambiando las normas del tránsito. Todo hace que con el paso de los años, una misma postal tenga notorias diferencias con la anterior.
En el caso de nuestra querida Alta Gracia, todo lo que hoy es la explanada frente al Museo Jesuítico y Casa del Virrey Liniers ha ido sufriendo (o gozando) modificaciones según pasaron los almanaques.
De ser un amplísimo terreno baldío sin más tránsito (uno calcula) que los caballos o las mulas de quienes trabajaban en las quintas de la Estancia, a lo que es hoy.
Del viejo carro tirado por caballos, a los autos estacionados a 45º frente a las casona colonial. Pasando por los viejos Ford que estacionaban de culata al Museo (que por aquel entonces ni siquiera era museo).
Del blanco y negro a la foto color. Del nebuloso pasado al presente con todos los tonos. Así, al compás de una ciudad que hace un tiempo, decidió que ningún auto transitara más por este sector. Revalorizando así el legado histórico de nuestro casco urbano.
Varias imágenes, varias fotos, varias épocas de una Alta Gracia que no se fue, sino que fue trocando en una ciudad cada vez más grande, con otro ritmo, otro tránsito y -por supuesto- otro paisaje urbano.
Resulta imposible desligar la vida de Angel Feliú a lo que fuera el club y bar La Patricia.
Las muñecas de Alta Gracia que almorzaron con Mirtha
Alta Gracia tuvo industrias cuyos productos recorrieron el país y el mundo. Injusto sería no mencionar la fábrica de muñecas que perteneció a la familia Dufrechou.
Sin dudas, una de las más exquisitas tradiciones gastronómicas de Alta Gracia.
Oscar desde chico cargó con un sobrenombre que le quedó para siempre. El "Chancleta" se hizo conocido a fuerza de jugar al fútbol y se convirtió en ídolo a puro gol.